Los hombres copan los puestos de producción musical: "Rara vez voy a una sesión y hay una mujer productora"
"No he visto en mi vida a una mujer productora", afirma Ana Legazpi, una de las integrantes de Marlena. Por su parte, la compositora y cantautora Valentina Rico no cree que "haya igualdad" en el sector.

Madrid--Actualizado a
Una larga lista de éxitos musicales han sonado en el último año de la mano de artistas como Taylor Swift, Billie Eilish o Ariana Grande. Sus temas no han parado de sumar reproducciones en plataformas streaming. Sin embargo, esta presencia femenina se reduce estrepitosamente si se mira la producción musical, un sector ampliamente dominado por hombres.
El álbum de Rosalía Motomami (2022) es un ejemplo de ello. Con cerca de una veintena de compositores y productores, solo tres mujeres –excluyendo a la propia artista– figuran en la composición y no en la producción del disco. La catalana no es una excepción en esta tendencia, sino una más dentro de ella. La propia docuserie de Aitana, Metamorfosis (2025), muestra a su equipo creativo: Andrés Torres, Mauricio Rengifo y, para su próximo lanzamiento, Manuel Lara. Todos ellos productores.
"Yo no he visto en mi vida a una mujer productora. Sí que he visto a artistas que ejercen de productoras de su propia música, pero que no tienen trabajo de productora como tal", confiesa una de las integrantes de Marlena, Ana Legazpi, en una entrevista a Público. A esta afirmación se ha sumado también la de la compositora y cantautora Valentina Rico: "Rara vez voy a una sesión y hay una mujer productora". Esta situación se pudo ver en la entrega de premios de los Grammy de 2016, cuando Taylor Swift subió al escenario a recoger el premio a Álbum del Año rodeada de todos sus compositores y productores. Todos hombres.
El informe Iniciativa de Inclusión Annenberg de la Universidad del Sur de California (USC) recoge cómo los avances en materia de género han continuado, pero no se han acelerado: el porcentaje de compositoras en 2024 fue del 18,9%, casi sin cambios y ligeramente inferior al 19,5% de 2023, pero significativamente superior al 11% de 2012.
Las semejanzas de las producciones: hombres vs mujeres
Esta realidad evidencia que las mujeres no entran apenas en las cabinas de producción, a no ser que se trate de un proyecto propio. Carolina Moyano, también integrante de Marlena, es un claro ejemplo de esto. ¿Compone? Sí. ¿Produce? También. Aunque ella misma ha admitido que "es un campo muy complicado" que está explorando en vistas a poder autoproducirse en el futuro. La guitarrista del dúo también ha recalcado que no entiende, en un campo que se ha asociado solo a hombres, "la diferencia que puede haber entre una producción de un hombre y de una mujer, porque al final las herramientas son las mismas".
Donde sí hay distinciones a destacar es en el propio contenido. ¿Hay diferencias entre lo que cuenta un hombre y una mujer? Tanto la cantante como la guitarrista de Marlena señalan que es "bestial" la diferencia. Varía desde cómo decorar una canción, la forma de explicar qué ha pasado o el tinte emocional que tiene. "Hay hombres que son sota, caballo y rey: usan las mismas palabras y frases en todas las canciones y una voz rasgada y rota", explica Legazpi.
Valentina Rico: "Todavía no hay igualdad"
"Si bien los hombres hacían un excelente trabajo de composición, muchas veces se sentía como que no había esa perspectiva que nosotras mismas podemos dar y que realmente representa lo que sentimos las mujeres", declara la compositora en referencia al pasado, a cinco o seis años atrás en la industria, y recalca que no cree que "todavía haya igualdad". Pero sí siente, al igual que Marlena, que es más fácil ahora: "Cuando nos llaman a camps, hay más mujeres presentes". Aunque hay que destacar que sigue siendo en el campo de la composición y no de la producción donde se ha visto mayor equidad de género.
¿Qué son los 'camps'?
Son sesiones de composición. Las discográficas se encargan de convocar a 15 o 20 personas (artistas, compositores y productores) que consideran que pueden funcionar para un artista en específico y los dividen en grupos de cuatro o cinco personas (con aquellos que consideren que van a funcionar).
Las discográficas también organizan los camps según el nivel artístico. Carolina Moyano (Marlena) lo ha explicado a este medio con el siguiente ejemplo: "Si un productor es más urbano, hay una chica que compone letras más urbanas y el artista es urbano, pues los juntamos".
En cuanto a los proyectos, Rico ha admitido que "es más difícil entrar a los proyectos masculinos siendo mujer". En contraste, el dúo no ha expresado lo mismo: "Un hombre también busca una voz y una historia femenina o, lo que decíamos antes, una emoción". También han añadido que "al final aporta a la parte que te falta. Si hay un equipo formado solo por hombres, sí que es necesario siempre que haya una mujer y ellos son conscientes en ese sentido".
Las mujeres como un producto para la industria
Con cierta exasperación al hablar, Moyano comenta algunos de los temas más delicados para un artista: la apariencia y las exigencias. "Yo ahí me enfado. Ves las pintas con las que van los hombres a los escenarios, a las alfombras rojas o a cantar, no sé, cualquier canción, y no se exige ni un mínimo en comparación a lo que se exige a una mujer". "Muchas veces he pensado que igual no vendemos tanto o no somos unas estrellas del pop como otras compañeras porque no seguimos unos patrones que igual están más vistos en una mujer: 'Unos tacones, un body, un desmelenarse, un escote'", añade Moyano.
Rico también se ha pronunciado con respecto a esto y ha explicado que "la carrera de las mujeres a veces puede estar muy condicionada por lo que el hombre ha querido que sea: ¿Quieres ser artista? Perfecto, pero entonces te vamos a crear este personaje, te vamos a dar las canciones y te vamos a crear este producto que no necesariamente es lo que uno quiere representar".
Hacerte un hueco en el sector musical
¿Las claves del éxito, según Marlena? Recordando sus inicios ocho años atrás, cuando eran conocidas como W-caps hasta que replantearon su proyecto en 2020, durante la pandemia, las dos integrantes reconocen que no son como el resto de artistas por su "naturalidad a la hora de contar o de hablar de historias". "No es algo que haya sido buscado o intencionado porque vaya a vender más o vaya a hacer más espectáculo. Nos gustan las mujeres y, hablando desde la naturalidad, como siempre hemos hecho, creo que al final se llega a todo tipo de público. Las personas meten en su vida cada una de nuestras canciones y hacen lo que quieren con ellas", explica Legazpi.
Otra de las claves de las que hablan es la composición: "Todo el mundo nos decía: 'Tenéis que componer, tenéis que componer'. No nos dimos cuenta de la importancia de hacer canciones hasta ese momento, cuando la gente se siente identificada y te agradece". Por su parte, Rico ha comentado que, para entrar en el sector o participar en proyectos, lo más importante es quién da las oportunidades en el sector y las redes sociales; y enfatiza que "las trabas que hay dentro de la industria no son tanto de género, sino de quién es más amigo de quién".
Los temas de artistas femeninas aumentan en las listas de éxitos
Los datos reflejan que la brecha de género persiste en la industria musical también a nivel de representación artística. En 2024, las canciones de artistas femeninas representaron cerca del 30% de las canciones más escuchadas en plataformas de streaming, el doble que en 2017, que alcanzaron el 17%, según un análisis de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Por su parte, el mismo informe Iniciativa de Inclusión Annenberg de la USC, patrocinado por Spotify, analizó 13 años de música y unas 1.300 canciones de las Billboard Hot 100 Year-End Charts. Este estudio registró algunos avances: el 37,7% de los artistas en las listas de 2024 eran mujeres, una cifra apenas superior al 35% del año anterior, lo que supone una mejora notable respecto al 22,7% de 2012.
Es difícil encontrar mujeres que se dediquen en exclusiva a la producción. Lo normal, en palabras de Legazpi, es ver a artistas que producen su propia música, "pero que no tienen trabajo de productora como tal". Es, de hecho, en proyectos propios donde tienen la oportunidad de experimentar libremente con su música. Aunque se vean pequeños avances en este sentido, aún queda mucho camino hasta llegar a una mayor igualdad de género en las producciones musicales.
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