Israel comienza a deportar a los activistas de la Flotilla de la Libertad
El español Sergio Toribio, que ya se encuentra en Barcelona, y Greta Thunberg han sido expulsados. Otros ocho activistas se niegan a firmar los papeles de deportación y serán llevados ante un tribunal.

Madrid--Actualizado a
Israel ha iniciado la deportación de los activistas de la Flotilla de la Libertad que navegaban hacia las costas de Gaza cargados con ayuda humanitaria a bordo del Madleen. El español Sergio Toribio ha aterrizado en Barcelona poco antes de las 9.30 horas de este martes. Greta Thunberg también ha abandonado Israel rumbo a Francia.
Son dos de los cuatro activistas (de un total de 12) que han aceptado ser deportados por Israel junto a los franceses Omar Faiad y Baptiste Andre. Otros ocho se han negado a firmar los papeles para ser expulsados y pasarán por el Tribunal de Revisión de Detenciones por Inmigración en las próximas horas para que decida sobre su salida del país, según ha confirmado el equipo jurídico de la Flotilla. Hasta su declaración permanecerán detenidos en la prisión de la ciudad de Ramla.
Entre quienes se niegan a viajar de vuelta a sus países se encuentra la francesa-palestina Rima Hassan, miembro del Parlamento Europeo. Junto a ella pasarán a disposición judicial los también franceses Pascal Maurieras, Yanis Mhamdi y Reva Viard; el holandés Mark van Rennes; el turco Suayb Ordu; el brasileño Thiago Avila y la alemana Yasemin Acar.
Según la abogada Loubna Tuma, su condición actual es de detenidos de acuerdo a la ley israelí. El equipo defensor considera que en realidad fueron "secuestrados" por las autoridades israelíes, ya que su barco, dicen, estaba a 102 millas de la costa de Gaza, en aguas internacionales donde Israel no tiene jurisdicción.
Detenidos en alta mar
Las Fuerzas Armadas israelíes (FDI) tardaron apenas 20 horas en trasladar al puerto de Asdod a los 12 activistas que navegaban hacia las costas de la Franja tras ser detenidos en alta mar en la madrugada de este 9 de junio. "Está claro que las autoridades israelíes quieren sacarlos de allí lo antes posible", dijo a la prensa Sandra Barrilero, portavoz de la organización Rumbo a Gaza, perteneciente a la coalición Flotilla de la Libertad, antes de las órdenes de deportación de este martes.
El Madleen zarpó de la ciudad siciliana de Catania (Italia) el pasado 1 de junio en dirección a la Franja. Según informa la organización Rumbo a Gaza, los activistas solo se desviaron brevemente el día 5 para atender la llamada de emergencia de una embarcación llena de migrantes que trataba de alcanzar Europa. Después, continuaron la ruta prevista y atravesaron de oeste a este el Mediterráneo dirección a la Franja de Gaza.
Alrededor de las 3:00 horas del día 9 de junio, las comunicaciones del Madleen con tierra se cortaron
En la madrugada del domingo al lunes, alrededor de las 3 horas, las comunicaciones del Madleen con tierra se cortaron. "Esa señal es la que nos pone en alerta", relata Barrilero. La última comunicación realizada por los activistas fue la que llevó a cabo el brasileño Thiago Ávila, en un directo en su cuenta de Instagram. En el vídeo, publicado en las redes sociales sobre las 2.15 de la madrugada, Ávila aparece junto a sus compañeros explicando que estaban siendo atacados con químicos y objetos lanzados por drones.
En otro vídeo publicado por otra tripulante del barco, la activista alemana Yasemin Acar, se podían apreciar los restos del supuesto "producto químico" de color blanco que los drones israelíes habían rociado sobre el barco. En el vídeo también se ven unas embarcaciones –presumiblemente de las FDI– aproximándose al Madleen.
La siguiente imagen de los activistas la hizo circular el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel a través de su cuenta de X. En un vídeo publicado a las 3.25 AM –apenas media hora más tarde de que se cortaran las comunicaciones con el barco–, el Gobierno israelí mostraba cómo miembros de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) repartían alimento y agua a los activistas. "Aparentemente están bien", decía Barrilero a Público.
El tuit de Asuntos Exteriores de Israel iba acompañado del siguiente texto: "Todos los pasajeros del yate-selfie están a salvo y desarmados. Se les ha entregado sandwiches y agua. El show ha terminado". Minutos después, el mismo organismo publicaba otra imagen en la que se veía a una soldado israelí ofrecer comida a Greta Thumberg. Después, se hizo el silencio durante varias horas.
Durante horas, ni las FDI ni Asuntos Exteriores realizaron ninguna comunicación acerca de los activistas ni de su paradero. El único comentario que hizo el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu en ese tiempo fue el de su ministro de Defensa, Israel Katz, quien aseguró a la prensa que obligaría a los activistas a ver el vídeo de las atrocidades cometidas por la milicia palestina durante el 7 de octubre, "para que vean qué es Hamás realmente".
Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores de España han informado a este periódico que han estado "en contacto con el español afectado, Sergio Toribio, con su familia y con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, ejerciendo la protección consular sobre nuestro ciudadano". Exteriores convocó al encargado de negocios de la embajada israelí en España [Dan Poraz] "para protestar por lo ocurrido".
De momento, no ha trascendido cuándo se verán las caras el número dos de la Embajada de Israel y el titular de Exteriores de España, Manuel Albares. Desde el inicio del genocidio, hace 613 días, la relación entre ambos países se ha degradado paulatinamente. Hacia finales de mayo de 2024, Israel llamó a consultas a su embajadora en España, Rodica Radian-Gordon, después de que el Gobierno español reconociera el Estado palestino. Desde entonces, es su segundo, Dan Poraz, quien ejerce de embajador en funciones.
Exteriores ya convocó a Poraz hace dos semanas, después de que los soldados israelíes dispararan contra una delegación de diplomáticos en la ciudad palestina de Yenín, y entre los que había un ciudadano español. A mitad de mayo, el Gobierno de Netanyahu hizo lo propio con la embajadora española en Tel Aviv, Ana Salomón Pérez, a quien trasladó su queja por las palabras del presidente español, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados, cuando se refirió a Israel como "Estado genocida".
El intercambio formal de palabras entre los diplomáticos de uno y otro país no ha impedido que la tensión siga escalando, intensificada ahora por la detención del ciudadano español, Sergio Toribio. Durante casi un día, la información sobre su paradero se basaba en suposiciones. "Sospechamos que los han llevado al puerto de Asdod, cerca de Gaza", desarrollaba para este periódico Sandra Barrilero cuando todavía no habían recibido más información.
A esta ciudad israelí, situada a 27 kilómetros del norte de Gaza, fue a donde llevaron a Barrilero y a otras activistas internacionales cuando fueron detenidas tratando de alcanzar las costas de Gaza en marzo de 2016, durante otra expedición de la Flotilla de la Libertad.
También entonces Israel intentó utilizar a su favor las detenciones en lo que Barrilero describe como una operación de blanqueo y un montaje. "Tenían un despliegue espectacular en el puerto", abunda la activista. Tras el asalto, las fuerzas israelíes las atendieron amablemente, en una actuación que distaba mucho del asalto con violencia cometido por las FDI en 2010 y en el que asesinaron a 11 activistas turcos.
Cuando Barrilero y sus compañeras llegaron al puerto, les hicieron "una ficha, un reconocimiento médico y volvieron a revisar el barco de arriba a abajo". Durante ese primer contacto con tierra, "intentaron que firmáramos la deportación voluntaria diciendo que habíamos intentado entrar ilegalmente en Israel". Algo parecido a lo que les ha podido ocurrir a los tripulantes de la Flotilla.
Ninguna firmó nada. "La Flotilla siempre se ha negado a firmar el acuerdo, porque siempre hemos sido secuestrados", aclara Barrilero. "Así que de ahí te llevan a la cárcel", donde "tienes un juicio rápido y eres deportado". En su caso, ella y otras activistas fueron acusadas de entrar ilegalmente al país y las condenaron a todas a "no volver a entrar a Israel, a Palestina, claro, en diez años". Pero ¿y si el Madeleen nunca llegó a salir, por voluntad propia, de aguas internacionales?
Secuestro vs. detención legal
La última posición que el barco compartió con la organización de la Flotilla de la Libertad, según Rumbo a Gaza, fue cerca de las costas de Egipto, en aguas internacionales. Es decir, fuera de la jurisdicción de Israel. Las aguas territoriales de un país, donde el Estado puede ejercer plena autoridad, terminan a las 12 millas náuticas de su costa. Es decir, a 22,22 kilómetros de la playa.
A partir de esa frontera invisible hasta las 24 millas –44 kilómetros aproximadamente– se encuentran las aguas contiguas, donde un Estado soberano puede ejercer cierta autoridad. La distancia entre ese punto y las 200 millas mar adentro –370 kilómetros aproximados– es considerado por la legislación internacional como una zona económica exclusiva, en las que el Estado en cuestión puede navegar, pescar y gestionar los recursos naturales, pero en la que no tiene soberanía absoluta. Por último, a partir de las 200 millas de la costa, dan comienzo las aguas internacionales. Es decir, aquellas que no se encuentran bajo la soberanía de ningún Estado.
Teniendo en cuenta esto, la última posición del Madleen lo situaba fuera de la jurisdicción israelí, en la zona económica exclusiva de Gaza. Es por ello que las organizaciones que integran la Flotilla consideran que el asalto al barco es ilegal, lo que convierte el acto en un secuestro por parte de Israel. También lo considera así Francesca Albanese, relatora de la ONU para los Territorios Ocupados Palestinos, con la que este periódico ha estado en contacto.
Para la abogada especializada en derechos humanos, la lejanía del barco con las aguas internacionales no es la única razón por la que el asalto de las FDI al Madleen puede considerarse ilegal. También lo es el hecho de que el barco estuviera lleno de civiles en misión humanitaria, que puede ser considerado como un "paso inocente", protegido en el punto 19 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR).
Aunque el ‘Madleen’ hubiese entrado en aguas de Gaza, las autoridades israelíes no tendrían competencia en ellas"
Albanese, que ha descrito la expedición de la Flotilla de la Libertad como "una gran muestra de humanidad", también ha explicado que, en el caso de que el Madleen hubiese entrado en aguas de Gaza, detener el barco "no es competencia de las autoridades israelíes".
Sólo habría dos excepciones por las cuales cualquier país, incluido Israel, podría asaltar a otro barco en aguas internacionales: si la nave supusiera un peligro para la seguridad de sus ciudadanos o si hubieran intentado entrar en sus aguas territoriales. No se ha dado "ninguno de los dos casos", explica Albanese a este periódico.
El último argumento –la falta de autoridad de Israel en aguas gazatíes– es, precisamente, lo que mueve a la Flotilla de la Libertad a romper el bloqueo de Gaza desde hace 18 años. En 2007, un año después de que Hamás ganara las primeras elecciones legislativas celebradas en la Franja de Gaza, Israel impuso un bloqueo total por tierra, mar y aire a este territorio. Esto redujo al extremo la movilidad de los gazatíes, recortó drásticamente su autosuficiencia y empobreció a la población al acabar con sus formas tradicionales de subsistencia, como la pesca.
El argumento de Tel Aviv era la necesidad de impedir que Hamás recibiera armas y prosperara, algo que a la vista de las circunstancias, no ha logrado. Para que el bloqueo fuera posible fue necesaria la colaboración de las autoridades de Egipto, país con el que la Franja limita por el sur. Desde 2012, Israel solo permite a los gazatíes adentrarse 6 millas –aproximadamente 9,5 kilómetros– mar adentro para pescar, ampliando en tres millas las autorizadas en 2006. Aún así, controla sus aguas y hostiga a los que, desde dentro o desde fuera, tratan de romper esta línea imaginaria. Esto, según la legislación internacional, es ilegal.
Albanese recuerda que "Israel lleva incumpliendo la legislación internacional antes de que yo naciera, no es algo que empezara ayer". Recuerda en este punto la importancia de las investigaciones sobre genocidio que están llevando a cabo la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional. Anima también a que "todos los tribunales con jurisdicción en los derechos humanos tomen medidas" sobre estos actos, porque "no se trata solamente de una violación de las leyes del mar y un abuso contra quienes tratan de acabar con la hambruna en Gaza, sino que supone el colapso de una sociedad". Por eso, Albanese cree que "debería haber naves llevando ayuda y rompiendo el bloqueo de Gaza desde todos los puertos del Mediterráneo".
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