Las mujeres de los reformatorios franquistas no aceptan el perdón de las congregaciones de monjas
La Conferencia Española de Religiosos (CONFER) pide perdón públicamente por haber contribuido a la represión de miles de mujeres a través de los convenios con el Patronato de Protección a la Mujer del régimen franquista.
Las supervivientes que han asistido al acto reprochan que las congregaciones hayan hecho más hincapié en el contexto histórico que en su verdadero papel en la represión, y han coreado: "Verdad, justicia y reparación"

Madrid--Actualizado a
Era una fecha muy señalada, un acto muy esperado desde hace años por las mujeres que pasaron por los reformatorios franquistas. Este lunes, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), institución que representa a más de 400 congregaciones religiosas, ha pedido perdón a las mujeres supervivientes de los reformatorios del Patronato de Protección a la Mujer, organismo creado en 1941 adscrito al Ministerio de Justicia, con el que el régimen franquista oficializó su represión hacia las mujeres para reeducarlas en la moral católica.
Las congregaciones religiosas estuvieron al frente de los centros del patronato, donde miles de niñas, adolescentes y mujeres adultas fueron internadas, entre 1941 y 1985, enviadas por sus padres y hermanos normalmente, o conducidas allí por la Policía, por el simple hecho de mostrar un comportamiento poco recatado. Otras, violadas incluso por sus propios padres, embarazadas, fueron recluidas en aquellos centros como si fueran auténticas delincuentes.
La asociación Las desterradas hijas de Eva, creada por Consuelo García del Cid, superviviente de los reformatorios, ha luchado en los últimos años por el reconocimiento del sufrimiento experimentado en los reformatorios del Patronato. Fruto de su labor, la CONFER ha convocado el acto para pedirles públicamente perdón, pero su perdón no ha sido aceptado.
El acto, celebrado en la Fundación Pablo VI, en Madrid, ha comenzado con una reflexión de San Agustín sobre la verdad, la memoria y la esperanza. El presidente de CONFER, Jesús Díaz Sareigo, ha explicado que el acto es el fruto del trabajo que llevan haciendo con la asociación Las desterradas hijas de Eva y ha definido al Patronato de Protección a la Mujer ejerció el control social y la represión. "Es un acto de justicia, para reconocer que en el pasado no lo hicimos bien. Somos conscientes de que muchas de ellas han sido silenciadas durante décadas. Con humildad y sinceridad, queremos romper este silencio. Nos dirigimos a todas aquellas mujeres que sufrieron y reconocemos nuestra participación".
El presidente de la CONFER ha indicado además que el Patronato fue "más una cárcel que un medio de promoción, como sí fue para otras mujeres. Hoy se nos descubre la oportunidad de comprometernos más con el cuidado, conforme a los principios evangélicos que profesamos".
A continuación se ha dado paso a un vídeo con testimonios de muchas mujeres que pasaron por los reformatorios, relatos durísimos, sobre los malos tratos que recibieron en aquellos centros regidos por congregaciones religiosas; testimonios que han recordado suicidios de mujeres, partos en soledad, sin asistencia médica en los reformatorios, comida en pésimas condiciones. Mujeres tildadas de rebeldes, que sufrieron palizas con toallas mojadas de manos de muchas monjas, bofetadas, palizas, pruebas de virginidad.
"El mal como concepto solo es uno, que no se achaque a un contexto histórico determinado", ha pedido Consuelo García del Cid, en el cierre del acto. "Las supervivientes del Patronato convertimos el dolor en causa, y hemos sobrevivido al tubo fascista más profundo que la mente humana pueda imaginar. Una institución contra las mujeres que se llamó Patronato. La mayor aberración del siglo, prolongada hasta 1985, sin que nadie hiciera nada. A nosotras, la democracia nos debe diez años de vida. Y la responsabilidad es del Gobierno de España y el Ministerio de Justicia".
"La realidad de los reformatorios estaba dentro, y allí no entraba cualquiera. Ningún médico se alertó de tantos cortes de venas que se producían en los mismos lugares. Y tampoco de las suicidas. No importaba. Se justificó como intento de fuga. El Patronato no tiene muertas en las cunetas, tiene muertas que se quitaron la vida. Esas son las verdaderas víctimas, las que ya no viven para contarlo". García del Cid se ha hecho eco de los gritos de muchas de las asistentes: "robo de bebés". "Sí, robo de bebés", ha repetido esta investigadora, en relación a los casos de sustracción de bebés y a las adopciones irregulares que han sido denunciados en los últimos años.
Consuelo García del Cid se ha acordado de las lesbianas y de las mujeres gitanas que fueron recluidas en los reformatorios, sufriendo los mismos malos tratos que el resto, pero además la intolerancia y el racismo.
"No nos hagan comulgar con ruedas de molino, echando balones fuera, no hablen de contexto", ha dicho Consuelo García del Cid dirigiéndose a la CONFER.
Así ha sido la petición de perdón
La petición de perdón ha llegado al final del acto de la mano de las representantes de tres de las congregaciones más destacadas en la labor del Patronato. Carmen Ortega, superiora provincial de las Oblatas Santísimo Redentor, ha reconocido que muchas mujeres fueron internadas en nuestros centros "en contra de su voluntad, sin poder decidir sobre su propia vida, expuestas a humillaciones". Matilde Mena, superiora de las Terciarias Capuchinas, ha pedido perdón "por justicia hacia todas las mujeres que padecieron en estos centros". Antonia López, de las Adoratrices, se ha referido a la "renovación de nuestro compromiso"
Las mujeres asistentes han coreado: "Verdad, justicia y reparación" mientras muchas de ellas mostraban pancartas con la palabra "No", en referencia a que no aceptan el perdón basado únicamente en la justificación histórica. No obstante, el simbolismo del acto, único en su especie en todo lo que va de democracia, ha sido muy importante y conmovedor.
Irene Montero pide que se esclarezca la verdad
Al acto también asistió la eurodiputada de Podemos Irene Montero, que anunció que su grupo registrará la petición de una comisión de investigación parlamentaria para que "se pueda contribuir a esclarecer esa verdad que necesitan".
La antigua ministra de Igualdad pidió al Gobierno y a la Iglesia que entreguen todos sus archivos disponibles para "esclarecer la verdad".
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