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Bruselas prepara una cumbre de Von der Leyen y Costa en China

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, en una foto de archivo. EFE/EPA/OLIVIER HOSLET

Irene Castro

Corresponsal en Bruselas —
11 de abril de 2025 10:33 h

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Bruselas está trabajando en una cumbre de la Unión Europea y China. Así lo confirmó este jueves el portavoz de Comercio, Olof Gill. La intención es que los presidentes de la Comisión Europea y el Consejo Europeo, Ursula von der Leyen y António Costa, viajen a Pekín la segunda quincena de julio para reunirse con Xi Jinping.

Los planes se producen al mismo tiempo que ha habido una rebaja del tono de Bruselas hacia China coincidiendo con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca tras años de compleja relación con el que la UE define como un  “socio, competidor y rival sistémico”.

En su discurso en el elitista Foro de Davos, Von der Leyen ya manifestó esa distensión hacia el gigante asiático. “Creo que debemos colaborar constructivamente con China para encontrar soluciones que redunden en nuestro interés mutuo”, afirmó la alemana, que apuntó a que se aprovecharía el 50º aniversario de las relaciones diplomáticas entre los dos bloques, “para entablar y profundizar” las relaciones e incluso “para ampliar los vínculos comerciales y de inversión”. “Ha llegado el momento de mantener una relación más equilibrada con China, en un espíritu de equidad y reciprocidad”, agregó.

Esas palabras llegaron tras dos años de escalada de la tensión con el gigante asiático en buena medida por su alineamiento con Vladímir Putin en la guerra de Ucrania y el daño comercial provocado por los subsidios de Pekín a las industrias en China.

En su último viaje a China, invitada por Emmanuel Macron en abril de 2023, Von der Leyen aprovechó para quejarse ante Xi Jinping de los “desequilibrios” comerciales y para pedirle que usara su “influencia” para poner fin a la invasión de Ucrania. En aquel momento la UE estaba intentando reducir desvincularse de china al poner en marcha una serie de propuestas legislativas para reducir su dependencia en sectores estratégicos como las materias primas. Después llegó la investigación por competencia desleal en los vehículos eléctricos y la imposición de aranceles extraordinarios de hasta el 35%.

En esa nueva etapa que se ha abierto y que coincide con la guerra comercial desatada por Trump, Bruselas y Pekín están estudiando precisamente establecer precios mínimos a los vehículos eléctricos que se fabrican en China en vez de los aranceles que entraron en vigor en octubre de 2024. La posibilidad de introducir precios mínimos a los vehículos eléctricos procedentes de China no es nueva. Ya durante las negociaciones infructuosas antes de la imposición de aranceles planeó y en Bruselas eran partidarios de esa solución. Según el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, los precios mínimos tendrían la misma efectividad que los aranceles.

La UE está intentando diversificar lo máximo posible sus relaciones con otras potencias como parte de la estrategia ante la guerra comercial de Trump. “Nos centraremos como un rayo láser en el 87% del comercio mundial que va más allá de EEUU, lo que supone enormes oportunidades”, dijo este lunes Von der Leyen.

En ese 87% se incluye a China, un país al que la UE se ha visto obligada a mirar ante el nuevo escenario. Von der Leyen habló precisamente el martes con el primer ministro, Li Qiang, con motivo del 50º aniversario de las relaciones diplomáticas. Pero la llamada coincidió con la escalada de la guerra comercial. “Ambos líderes discutieron la creación de un mecanismo para hacer un seguimiento de la posible desviación del comercio y garantizar que se aborda debidamente cualquier novedad”, señaló el gobierno comunitario en un comunicado. Una de las preocupaciones de la UE ante la escalada de la guerra comercial entre Pekín y Washington es que los productos chinos inunden el mercado comunitario al no encontrar demanda en EEUU por la subida de precios.

Pedro Sánchez es uno de los líderes que ha encabezado esa nueva relación con el gigante asiático con su tercera visita en tres años. Hay muchos intereses en juego y España pretende ampliar un mercado en el que tiene un importante déficit comercial. “España es un país profundamente europeísta que ve a China como socio de la Unión Europea”, ha dicho ante Xi Jinping.

Bruselas, no obstante, hace equilibrios para no enfadar a Trump por esa relación con China, con quien mantiene la espiral arancelaria tras haber pausado los aranceles para un buen número de países, entre ellos la UE. Mientras tanto, a Pekín le interesa ese acercamiento al Viejo Continente y, aún más, ante el incremento de la tensión con Washington.

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