Entrevista a Marc Almodóvar y Andreu Rosés"Durante la Guerra Civil, en el mundo árabe hubo movilizaciones muy importantes para luchar contra el fascismo"
Los dos autores catalanes publican 'Moros contra Franco. El antifascismo y la guerra civil española en el mundo árabe' (Verso).

Barcelona--Actualizado a
La Guerra Civil española estalló en un momento de avance de los fascismos a escala europea y de cambios en el mundo árabe, con países independientes desde hacía pocos años —como Egipto o Irak— y otros donde los movimientos nacionalistas ganaban fuerza y cuestionaban el colonialismo. Con este escenario de fondo, el conflicto bélico impactó de manera notable en las sociedades árabes, con encendidos debates sociales e, incluso, movilizaciones de la izquierda y de los movimientos nacionalistas mayoritariamente en solidaridad con la República.
La mayor expresión de este apoyo la constituyeron los centenares de voluntarios del mundo árabe —sobre todo de Argelia, pero también de Marruecos, Palestina, Siria o Irak— que viajaron hasta España para combatir, mayoritariamente encuadrados en los batallones de las Brigadas Internacionales.
En contraste con las decenas de miles de marroquíes que se sumaron al ejército franquista, la suya es una historia muy desconocida, un déficit que paliará el libro Moros contra Franco. El antifascismo y la guerra civil española en el mundo árabe (Verso). Entrevistamos a los autores, el periodista Marc Almodóvar (1984) y el historiador Andreu Rosés (1984), que más allá de relatar las biografías de varios de estos voluntarios, profundizan en los contextos políticos y sociales del mundo árabe de los años 30 y como se entendió que "desde una óptica colonial, se tiene que combatir el fascismo".
El libro es el resultado de una investigación de más de una década por múltiples archivos y en varios países. ¿Cómo arranca?
Andreu Rosés: Marc y yo nos conocimos en Egipto y por diferentes razones descubrimos que los dos habíamos investigado un poco la presencia de voluntarios del mundo árabe en España contra Franco y empezamos a tirar del hilo con la visión de hacer un documental, muy basado en biografías. Al cabo de unos años esto acabó cayendo, pero habíamos estado grabando a familias y decidimos continuar con la idea de escribir algo y ampliar el contenido para entender cuáles eran los contextos de partida de los voluntarios, los movimientos sociales y políticos que había. Y decidimos meternos en archivos de manera más profunda para entender sobre todo qué pasaba en este mundo, porque echábamos de menos estas lecturas del impacto de la Guerra Civil en el mundo árabe.
Al menos para el gran público es una historia muy desconocida. ¿De qué volumen de voluntarios hablamos?
A.R.: Hay un baile de cifras. En lo poco que había escrito cuando empezamos la investigación había propuestas de 700 o 1.000 voluntarios, todo esto es muy difícil de determinar. En todo caso, hablaríamos de centenares.
Marc Almodóvar: No hemos querido entrar en una guerra de cifras. Después hay otro concepto y es que a veces se genera el titular de brigadistas árabes y lo que planteamos es que todo esto es mucho más complejo, porque no todos son árabes, tenemos a bereberes, caldeos, colonos, españoles...
¿Teniendo en cuenta su procedencia diversa, no todos se encuadran en las Brigadas Internacionales?
M. A.: Las Brigadas Internacionales (BI), sobre todo en la fase final, estaban integradas por un gran grueso de españoles, y no solo llegados de fuera, también provenientes directamente de España. Las Brigadas tienen muchas veces un componente más político que militar, que también es bastante interesante, y a veces se mantienen de una manera un poco artificial, con esta idea de internacionalidad cuando las unidades no estaban compuestas por extranjeros al 100%, ni mucho menos. Pero no todos los voluntarios se integran en las BI, hay unos cuántos que van a las unidades anarquistas y hay que van a otras unidades. Hay mucha diversidad de perfiles.
"Muchas veces, las Brigadas Internacionales tienen un componente más político que militar"
A. R.: También está el hecho que, por ejemplo, el contingente de españoles provenientes de Argelia hablan francés y hay cierto interés en integrarlos a las BI porque hay un problema idiomático dentro y esto les ayuda.
Explican que la mayoría provenían de Argelia, pero también hubo de Marruecos, Palestina, Siria, Líbano, Irak...¿Qué características en común tenían? ¿ Eran militantes de izquierdas, sobre todo comunistas, con un componente anticolonial?
M. A.: Hay mucha diversidad. Las Brigadas Internacionales siempre se han explicado desde la idea idealista de lucha por la libertad y hay este perfil de idealista clásico. Tenemos un perfil mucho más militante, de yo voy donde el partido me envía. Tenemos el perfil de gente que viene porque quizás huye de problemas con la justicia en sus lugares de origen, y también hay un perfil muy generalizado de gente que ha perdido sus raíces, a menudo por persecuciones políticas, y vive en un tercer país, normalmente Francia. Y después también está el caso concreto de Palestina, en el cual la lucha en contra del sionismo de muchos militantes judíos del Partido Comunista choca con la revolución árabe de 1936-1939 y esto les sitúa en una situación de confrontación muy tensa con su entorno inmediato, y muchos aprovechan la Guerra Civil española para huir.
"Los voluntarios tienen en común el encuadre militante, la mayoría en el Partido Comunista"
A. R.: En común tienen la cuestión del encuadre militante, la mayoría en el Partido Comunista, con algunas excepciones. Y después está el tema que en sus propias organizaciones tienen la cuestión colonial encima de la mesa, más allá de su propio posicionamiento.
Dentro de la variedad de perfiles, citan casos de árabes musulmanes, árabes cristianos, judíos, personas de origen europeo...
M. A.: Sí, pero el nexo de unión y lo que hemos intentado retratar es este universo de la izquierda, principalmente comunista, que entrecruza este momento con la lucha anticolonial y las fricciones que se generan con los elementos de origen europeo y las órdenes de la Komintern. Esta defendía la idea de frentepopulismo de acercarse a los movimientos nacionalistas, pero esto colisiona con la realidad racista y colonial de muchos militantes comunistas de origen europeo. Este entorno es común en todos estos países y es el caldo de cultivo sobre el cual llega la Guerra Civil española y algunos vienen a España y otros no, pero harán campaña en sus países.
¿Por qué Argelia es quien aporta más voluntarios y en quñe país árabe se percibe más la influencia de la Guerra Civil española?
A. R.: Hay una cuestión de proximidad, de Orán a Alicante es un viaje muy rápido, y sobre todo porque hay una comunidad española importantísima, especialmente en la parte occidental. Es una comunidad histórica, que se estableció desde los principios de la colonización, y esto condiciona. La proximidad también hace que enseguida el fascismo francés tenga mucha correspondencia con lo que está pasando en España, la intensidad es muy fuerte. Además, como que dentro del imperio francés Argelia es un departamento y, por lo tanto, tiene una naturaleza colonial distinta a la de Marruecos, que es un protectorado, hay una importantísima emigración argelina hacia la metrópolis, y aquí hay un encuadre muy importante de militancia argelina, que desde allá viajan hacia España.
M. A.: La metrópoli ejerce este polo de puesta en común de muchas realidades coloniales que llegan y es un caldo de cultivo político para muchísima gente, con un grado de libertad mayor que la que se vive a las colonias.
A. R.: La realidad represiva no es la misma, el control sobre cualquier disidencia es mucho más fuerte en Argelia que no en la metrópoli.
El caso del Marruecos es diferente, sobre todo porque el norte era entonces un Protectorado español. Entre 60.000 y 100.000 marroquíes se integraron en las tropas fascistas. ¿A qué respondió esa implicación?
M. A.: Marruecos es clave para el desarrollo de la Guerra Civil, las tropas marroquíes son clave. ¿Por qué se unieron tantos miles a Franco? La visión fácil seria decir que en aquel momento había mucha hambre y era una manera de dar salida a una necesidad económica. Pero a la vez se añade otra dimensión, que muchas veces no se ha tenido tanto en cuenta. Y es que mientras los fascistas trabajaron muy bien discursos que podían funcionar entre los pueblos locales, la República no lo supo hacer bien.
"La República no trabajó bien la cuestión colonial"
La República no trabajó bien la cuestión colonial y esto no se ve solo en el reclutamiento de tropas marroquíes, sino también en todas las conspiraciones que se intentan provocar en la zona y que fracasan estrepitosamente. Los movimientos nacionalistas de Marruecos son a priori sensibles con la República española, son próximos a la izquierda, pero cuando intentan que esta reaccione, no lo hace, mientras que el franquismo sí que lo hace y esto facilita que la situación acabe como acaba.
Abdelhalek Torres, la figura que encarna al movimiento nacionalista del norte de Marruecos, era próximo a los republicanos españoles, pero se encuentra en una situación personal muy complicada. El Norte ha sido ocupado plenamente y, por lo tanto, su seguridad está en juego, y a pesar de que hace intentos de ver qué pasa con la República, la reacción de esta es muy tímida y no se quiere posicionar sobre la independencia de Marruecos. Este posicionamiento tibio es un caldo de cultivo para que ciertos sectores piensen que con los franquistas quizás tienen una oportunidad que con los republicanos no tienen. Muchos movimientos de izquierdas inicialmente se posicionan con la República, pero con el devenir de la guerra ven como no les corresponde, ni lo había hecho durante los años de gobierno.
¿Que tantos marroquíes combatan en las fuerzas franquistas es una de las razones que explica el desconocimiento de la historia que narra el libro?
M. A.: Es evidente que en la Guerra Civil son mucho más decisivas estas tropas marroquíes que no los voluntarios que nosotros analizamos, pero también hay una corriente de la historiografía de explicar los vínculos de los nacionalismos árabes con los fascismos, está del caso del muftí de Jerusalén, sucede en Irak, en el Líbano, ... Nosotros lo que miramos de explicar es que todo esto era mucho más complejo que este blanco o negro, que había debates muy profundos sobre el tema y que iba mucho más allá.
"En la Guerra Civil son mucho más decisivas las tropas marroquíes [de Franco] que los voluntarios [antifascistas]"
Además, sobre la mesa hay elementos que se habrían podido gestionar de otro modo y que quizás habrían dado resultados diferentes. Quizás la República no valoró suficientemente la cuestión colonial en este contexto. De hecho, en sus memorias Léon Blum [primer ministro francés de 1936 a 1937] dice que una de las cosas de las que más se arrepiente es no haber hecho más caso a estas historias, porque esto habría podido cambiar el signo de la guerra. Esto no lo sabemos, pero se habrían podido hacer las cosas diferente.
Las historias de los brigadistas se han explicado normalmente desde los países occidentales, desde Europa y los Estados Unidos se ha hecho mucho trabajo de memoria. En cambio, en estos países se ha hecho poquísimo. En parte porque los números no eran exagerados y porque el Partido Comunista en la mayoría de casos tampoco ha tenido un peso relevante.
Uno de los países donde sí que se ha hecho memoria es el Estado de Israel, y es interesante porque cuando los palestinos judíos volvieron fueron ninguneados totalmente. Pero en los años 60, y sobre todo alrededor del juicio de Eichmann en Jerusalén, hay la necesidad de construir un discurso de resistencia judía contra el fascismo y entonces se rescatan sus historias, los utilizan y son reivindicados. Y aquí sí que hay un proceso de memoria que se ha hecho y se habla mucho de los judíos en la Guerra Civil española. Nosotros no hemos querido profundizar en ello, pero es significativo que por el interés político del Estado de Israel se acabara haciendo mucha memoria sobre esto.
"En los años 60 Israel rescató las historias de brigadistas para construir un discurso de resistencia judía contra el fascismo"
La opinión pública de los países árabes se posicionó sobre la Guerra Civil española y en muchos casos se celebraron actos de apoyo y solidaridad con la República. ¿A qué atribuyen este impacto, que también llegó a países tan alejados como Siria o Irak?
A. R.: Las reacciones son muy diferentes, pero en todos los casos la cuestión se incorpora a la agenda de los debates. Y esto pasa porque en aquellas sociedades ya hacía tiempos que se hablaba de democracia, fascismo y antifascismo, de todos los debates que hay aquí. Y, por lo tanto, no es extraño estén viendo España como un terreno de pruebas de todas estas cuestiones. Y después hay diferentes lecturas, tenemos el eje colonial y ver de qué manera el resultado de lo que pase en España pueda afectar a los respectivos países, tanto a los movimientos nacionalistas, como a la propia izquierda.
"La Guerra Civil española se incorpora a la agenda de los debates de las sociedades árabes, donde se hablaba de democracia, fascismo y antifascismo"
M. A.: Lo que sucede es que cuando surge el fascismo, algunos movimientos nacionalistas se sienten reflejados. Cuando sucede la ocupación de Abisinia [actual Etiopía], se genera una fractura en este debate y ya hay mucha gente que dice que son unos colonialistas y unos imperialistas igual que los otros, cuando sucede la ocupación de Libia, tres cuartos de lo mismo, ... Hay un debate muy fuerte y cuando aparece la Guerra Civil española es un elemento que se añade a este debate. Además, en algunos países se suma que todo este proceso se produce en un momento de negociaciones de los movimientos nacionalistas con la metrópolis. Pasa con las colonias francesas, donde los movimientos están en negociación con el Frente Popular francés y aquí el Partido Comunista intenta jugar la carta que haya ciertos gestos de solidaridad con la República española.
Todo ello se produjo en un contexto de cambio, con países que se incorporaban a las sociedades de masas, que en algunos casos, como Egipto o Irak, estrenaban su independencia, mientras que en otros países los movimientos nacionalistas empezaban a ganar fuerza. ¿Eran sociedades mucho más vivas de lo que seguramente cierto desconocimiento puede hacer pensar?
M. A.: Totalmente.
A. R.: También estamos hablando de militancias que viajan, en gran parte a la metrópoli francesa. Y no hablamos solo de los obreros argelinos, sino que hay una circulación bastante habitual, ... Muchos de los movimientos nacionalistas se han formado en Francia o Inglaterra y esto es importante.
M. A.: En estos países hay una nueva generación de jóvenes en los movimientos nacionalistas que consideran que los nacionalistas anteriores eran demasiado tibios. En Marruecos, por ejemplo, aparece un nacionalismo urbano en contraste con el anterior, que era rural, en Argelia está la Étoile norte-africaine, que dice que hay que ir por la independencia. Los movimientos de antes eran más autonomistas o reformistas y ahora hay una apuesta mucho más clara por la independencia. Es un momento en el que están surgiendo muchas cosas, no hay aquella idea de blancos o negros.
Hacia el final del libro cuentan que la llegada de voluntarios del mundo árabe a luchar por la República está vinculada también a la percepción que el fascismo era una amenaza colonial que debía combatirse.
M. A.: Sí, este es uno de los elementos centrales. Uno de los puntos de inflexión es cuando se ve que el fascismo también tiene una perspectiva colonial, cuando se ve Abisinia, cuando se ve Libia, que además es un país árabe, se genera una ruptura, y el debate sobre libertad, democracia y fascismo está muy presente en estos países. Hay unas movilizaciones muy importantes para luchar contra el fascismo, no solo entre los movimientos de izquierdas, también en los movimientos nacionalistas. Y la Guerra Civil española es un punto más en esta trayectoria, la victoria del fascismo en España y en Europa se percibe como una amenaza más para los movimientos nacionalistas. No ven garantizada que la independencia llegará con estos movimientos, sino todo el contrario y, por lo tanto, entienden que desde una perspectiva anticolonial, tienen que combatir los fascismos.
"En el mundo árabe hay movilizaciones muy importantes para luchar contra el fascismo"
A. R.: Al menos en el Norte de África, el inicio de la Guerra Civil española quizás es la última muestra de unidad entre el nacionalismo diverso y los movimientos de izquierdas, que hacen manifestaciones conjuntas. En otoño ya se empieza a complicar todo. Un poco porque el Partido Comunista abandona el eje anticolonial para meterse en la cuestión frentepopulista, y hay una ruptura con los movimientos nacionalistas marcadamente anticoloniales, que esperaban algo más.
M.A.: Es este retrato de España como un espacio de consenso que es efímero, porque estos movimientos están esperando gestos que no lleguen. Ni la República, ni el Frente Popular francés, ni las izquierdas europeas reaccionan porque al final el colonialismo es tan fuerte que pasa por delante.
¿Posteriormente, algunos de estos milicianos antifascistas tuvieron un rol activo en la lucha anticolonial y por la independencia de sus países?
A. R.: Hay algunas figuras concretas que acaban siendo importantes, especialmente en el caso de Argelia, donde hay unos cuántos militantes que vuelven. Los hay que se van a Francia y están con la resistencia. Durante los años 40 tienen que actuar en la clandestinidad y en algunos casos acaban incorporándose al Frente de Liberación Nacional [FLN]. Hay que tener en cuenta que el Partido Comunista se desentiende del FLN, pero a pesar de ello hay militantes que se incorporan a la milicia durante la guerra de independencia en contra del posicionamiento del partido. Y hay figuras que murieron combatiendo contra las tropas francesas y son símbolos, como Maurice Laban o George Raffini. Laban, por ejemplo, es un pied-noir que murió como maquis. Y en algunos sectores se recuerda el anarquista [Mohand Ameziane] Sail, y todavía le hacen homenajes. Él teorizó mucho sobre la naturaleza irredenta de los cabileños.
¿En el libro hablan de muchos voluntarios, pero si tuvieran que citar algunos de concretos, cuáles destacarían?
A. R.: Yo diría Rabah Oussidhoum, de quien hemos seguido bastando el hilo de su documentación y hemos conseguido ampliar un poco la información. Es el gran ejemplo de trabajador argelino emigrante de la Cabilia, que llega a la metrópoli, entra en la Renault, es expulsado y va compaginando trabajos, pero todavía lidera la célula de militantes de la Renault. Además, pasa un tiempo en Moscú, dentro de un proyecto importante de la Komintern de arabizar a los partidos comunistas. Y llega a España y acaba liderando un batallón [será el único voluntario del mundo árabe que llega a ser comandante] y todavía se le recuerda. Es un nombre que resuena también a la Resistencia francesa, es una figura muy potente.
M.A.: El palestino Najati Sidqi es muy interesante. No es brigadista, llega enviado por la Komintern con una misión de propaganda muy concreta. Es quizás el más famoso porque dejó sus memorias escritas y también escribió muchos artículos y tiene muchos en la prensa española. Una de las cosas interesantes que explica es el racismo y el rechazo con que se encuentra en España, tanto por parte del Partido Comunista como de la izquierda en general, él batalla mucho en contra de esto. Finalmente, saldrá escopeteado y tiene una trayectoria vital muy interesante, acaba muy rebotado con el Partido Comunista, se lo empieza a acusar de trotskista...
Pero hay muchas otras figuras interesantes. El anarquista Sail es un personaje apasionante. Ahmed Smaili también es una figura interesante porque nos ayuda a trazar toda esta trayectoria de los años 30, está prácticamente en todos los pitotes. O Nuri Rufail, un caldeo que viene de Irak hacia aquí tras ser expulsado. Estamos en contacto con un familiar suyo y en principio en septiembre colocarán una placa en el Memorial del Ebro para recordarlo. Tiene una participación militar muy pequeña, pero es interesante. Es de esta gente que se ve expulsada de su país por una situación política, está en un lugar que no es el suyo y se plantea porque no ir a un lugar como España.
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