Entrevista a Martirio, cantante"La IA, para el arte, no vale para nada. El arte es una prolongación del alma humana en tu mejor yo"
La artista explora el terreno del tango y pone rostro a la nueva campaña de Cruzcampo.

Sevilla-
La peineta, las gafas: no hay duda alguna de que es ella, Martirio. Maribel Quiñones (Huelva, 1954), la artista cuya voz y exquisita sensibilidad se ha enredado en el alma de varias generaciones, está sentada en una silla, la espalda bien recta, en una sala habilitada como camerino, de la Torre Cruzcampo, en Sevilla. Se levanta, muy amable, y saluda, dispuesta a hablar de lo que se le plantee.
Lo primero es, en estos agitados tiempos en los que reina la incertidumbre, los cambios vertiginosos, en los que se sucede la acción y la reacción, hablar del estado del mundo. Martirio, que ha sublimado en su música el valor de lo cotidiano, resume, cuando se le pregunta si el mundo está loco hoy, lo grande en lo pequeño. El estado del mundo, de algún modo, es el estado de tu mundo.
Martirio invita a atender a lo inmediato y a juntarse y a querer bien a la gente a la que uno quiere. Es el día a día, la bondad donde en efecto se puede dar, en el ámbito de la convivencia, en el aquí y en el hoy que cada quien habita. Y a partir de ahí, no encerrarse en ello, sino acometer con los demás, los grandes asuntos del hoy.
En los dos párrafos que vienen, aviso a navegantes, hay, pues, toda una ética resumida, condensada en unas cien palabras. Difícil sintetizarlo mejor.
"Cada uno, en su ámbito —expone Martirio—, que sea capaz de luchar por un mundo mejor. Y eso se consigue con pequeños detalles, pequeñas cosas diarias: en el buen trato diario y en compartir el cariño, el amor. Y la idea de la paz, de la libertad y de la justicia por encima de todo".
"Creo que el mundo —analiza— está muy convulso. Hay que unirse a la gente que uno quiere, tener pensamientos buenos. Entre todos, mandar buena energía, buen pensamiento, juntarse con los amigos y echarle muchas cuentas a los cariños y a las pequeñas cosas; y cuando llegue cualquier tipo de hora de manifestarse, pedir justicia, pedir paz, pedir libertad, estar ahí".
Inclasificable artista —"cada vez hago una propuesta nueva, no saben ni dónde ponerme, si en copla, si en jazz, si en bolero, no saben dónde ponerme", se lee a sí misma—, Martirio está en plena forma. Exploradora, ahora se ha adentrado en el tango, de nuevo, palabras mayores. "Yo escucho de todo. Escucho mucho piano, escucho mucha guitarra. Me encantan los discos de guitarra, la guitarra flamenca. Me gusta mucho el bolero filin. Me gusta mucho el jazz. Ahora estoy todo el tiempo en los tangos. Es el nuevo espectáculo que estoy haciendo. Estrené el día 27 en Valencia y, si Dios quiere, lo hacemos aquí, en Sevilla, el día 30 en en el Cartuja Center. Es llevar el tango al 3x4, a nuestro sur".
A la pregunta de si la música, hoy, abundando en el tema de los tiempos "convulsos", es un refugio, Martirio lo tiene claro: "La música es un abrazo absoluto. Primero es un refugio. Y después por otro lado te da muchas alas para reivindicar, también, y para expandir ese sentimiento de amor y de cuidar, de abrazar, de llenar, de acompañar".
"Ahora es una época —añade Martirio— donde la gente quiere lo que ya se se sabe. Hay mucha gente que está escuchando lo que ya escuchaba. Hay muchas versiones, hay muchos tributos. Hay mucha gente que conoce los tangos, pero es un género tan maravilloso de poesía, de teatralidad, de música, que me parece que hay que conocerlo más. Entonces lo voy a poner así un poco más a al alcance de mucha gente".
Ahora ha surgido la llamada inteligencia artificial, IA, ¿Le encuentra Martirio alguna utilidad? La artista responde con claridad: "¿Qué quieres que te diga? Creo que para el arte no vale para nada. Para mí, no. Para el arte que sale del sentimiento humano, del corazón humano, de la fantasía humana, para eso, a mí no me gusta. Me gusta, por ejemplo, para cosas de investigación, para cosas de medicina, para las ciencias, para la química, para la física. Pero ¿para un libro, para una música, para un cantante, para un pintor, para una foto? No. El arte es una prolongación del alma humana en tu mejor yo. Ahí es donde sale el ángel y sale el arte".
El icono
Martirio es ciertamente un icono, una inspiración para mucha gente. ¿Qué importancia le da ella a los referentes? ¿Son importantes para una niña que mira el mundo por primera vez? Son "para toda la vida", afirma la artista. "Desde mujeres que han sido fortísimas y que gracias a ellas se han conseguido muchos derechos y muchas cosas y muchas libertades hasta pintoras, escultoras, mujeres políticas, cantantes, por supuesto".
"A mí me ha encantado siempre mirar a la gente que me gusta. Me ha pasado muchísimo con las cantantes que, de tanto admirar, me he llegado a subir con mucha gente a la que admiraba. Por ejemplo, yo admiraba muchísimo a Chavela Vargas. He tenido la suerte de poder ser su amiga, de cantar con ella. Te estoy hablando de Soledad Bravo, te estoy hablando de Marta Valdés, que se ha muerto con 90 años y ha sido mi amiga del alma. Te estoy hablando de Omara Portuondo, de Susana Rinaldi. O sea, grandes iconos que para mí han sido fundamentales y pilares y que de tanto ser fan he terminado conociéndolas, amándolas y cantando con ellas".
¿Cómo está hoy la situación de la mujer y el feminismo? ¿Hay una reacción? ¿Una involución? "Yo creo que se han conseguido muchísimas cosas y que todavía hay que seguir luchando por conseguir muchas más", afirma Martirio. "Y también creo que hay que enaltecer a los hombres que se sienten orgullosos de tener mujeres potentes, que son capaces de crecer con nosotras, que nos dan la mano para que —no uno detrás, no uno delante— sino los dos juntos se enriquezcan de manera amistosa y cariñosa; orgullosa cada uno de la pareja que tiene al lado, admirando a la persona que tiene al lado y queriéndola mucho, y queriendo que se desarrolle", añade.
"La mujer que se desarrolle en todas las facetas, tenemos una amplitud muy grande y también darle la mano a esos hombres que apoyan nuestro crecimiento que se enorgullecen de nosotras", resume. "Porque también para ellos es una evolución grande. También están dejando muchos privilegios que han tenido durante mucho tiempo, que no son de ellos, pero han tenido esa costumbre y esa historia. Entonces hay que cogerlos de la mano y decir: 'Mira, es que esto es así, ¿vale?'. Entonces ellos lo entienden. El hombre del siglo XXI entiende a la mujer y se siente feliz con su evolución", reflexiona.
Cruzcampo, una de las marcas de cerveza más populares en Andalucía acaba de lanzar una nueva campaña publicitaria, llamada Patrimonio, "un homenaje a todo aquello que hace que Andalucía sea Andalucía", en la que utiliza esta faceta de icono que ha adquirido Martirio. En las etiquetas de los botellines —en una edición limitada— va a aparecer, en efecto, Martirio, junto a otros ídolos como Camarón y Chiquito de la Calzada, estos fallecidos ya. La de Martirio la ha elaborado la ilustradora Ana Langeheldt, a partir de una fotografía de Jesús Ugalde. La campaña también recoge elementos típicos de la vida en Andalucía, como el mollete, el puchero, el sentarse a la fresca y la mesa camilla.
Cuando Público le plantea que va a estar ahora en la mano de mucha gente, en el botellín, y le pide que piense si es mejor este tipo de reconocimiento, que tiene mucho de profeta en la tierra propia, o un grammy, Martirio lanza: "A mí me parece maravilloso. ¿Sabes por qué? Yo toda la vida he bebido Cruzcampo. Yo es que llego a mi tierra, llego a Sevilla o llego a Huelva y a mí me ponen una fresquita y el primer sorbo… Vamos, por favor, es que me recuerda a todas las cosas buenas. Esas cosas que llaman patrimonio ahora en la campaña. Me recuerda todas esas cosas".
"La litrona —prosigue— ha funcionado en mi casa toda la vida congregando gente. Aparecer en un botellín, una cosa tan individual, tan sencilla. Y la cara ahí me parece fantástico, además que la etiqueta está preciosa. Encima tengo la suerte enorme de estar con la persona que más me gusta a mí cantando que es don Camarón".
"A mí no me han dado un Grammy en la vida —remacha—, he estado nominada. A mí el Grammy me lo da el público, haciéndome feliz con venir, con [atender] cada propuesta nueva que hago. Que la gente venga a escuchar lo que le voy a proponer, para mí eso es un Grammy". ¿Ya va siendo hora del otro también? ¿Les parece?
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