La ruptura con Vox en Balears descoloca al PP y pone en alerta a los barones de cara a sus presupuestos
El entorno de Marga Prohens asegura que, "si el bloqueo se perpetúa mucho tiempo", valorarán el adelanto electoral. Presidentes del PP reconocen que la extrema derecha les hará sudar sus cuentas públicas.

La situación en Balears se complica para el Partido Popular (PP) y lo coloca al borde de la ingobernabilidad. Este martes, el Gobierno balear ha retirado el proyecto de Presupuestos a la vista de que no tienen el apoyo de Vox para sacarlo adelante. La ruptura con la extrema derecha es total y fuentes próximas a la presidenta balear, Marga Prohens, aseguran que ven muy difícil reconducir la relación en este momento. Afirman también que, "si el bloqueo se perpetúa mucho tiempo", valorarán el adelanto electoral.
Se rompe así el optimismo con el que los presidentes autonómicos del PP en minoría encaraban el reto de aprobar sus presupuestos pese a las reiteradas amenazas de Vox. Como contó este periódico, barones populares restaron importancia al órdago que los de Santiago Abascal lanzaron la semana pasada y siguen convencidos de que pueden sacar adelante las cuentas públicas para 2025 con los votos de la extrema derecha. Sin embargo, un terremoto político en Balears sumado a la “impredecibilidad” de la dirección nacional de Vox puede generar un efecto dominó.
"Nosotros no estamos todavía en ese escenario, pero si no podemos gobernar…", apuntan fuentes del gobierno balear. Su intención es volver a presentar los Presupuestos con los apoyos amarrados, pero no esconden que es muy difícil. Con Vox no parece viable "ahora", señalan. Por eso mirarán a la izquierda, aunque fuentes del PSIB-PSOE consultadas por Público dejan claro que no van a "salvar" los Presupuestos a Prohens.
En el PP no ven ni a Prohens ni a Abascal —que es de facto quien maneja a su partido en los territorios— yendo a elecciones. "Vox quiere doblarnos la mano y que se nota", defiende un barón popular, pero no ir a las urnas. Cada paso que da la extrema derecha, pone más en alerta a los presidentes autonómicos.
Génova se pone de perfil
Esta convulsión sobrevenida en Balears —una comunidad donde la relación con los de Abascal siempre ha sido tormentosa— ha descolocado a Génova, que, según fuentes populares, no ha tocado el asunto este martes en el comité de dirección presidido por Alberto Núñez Feijóo. "El PP es un partido autonomista y tiene máximo respeto por las decisiones de sus presidentes", apuntan desde el equipo de Feijóo. La cúpula del PP no quiere pronunciarse sobre un hipotético adelanto electoral y defiende que no interferirá en los movimientos políticos de Prohens.
"Se trata de una decisión que ha tomado Prohens. No tengo nada más que decir porque no soy conocedor de esas cuestiones", respondía Miguel Tellado, portavoz del PP en el Congreso, durante una rueda de prensa en la Cámara baja. Lo cierto es que, pese a reivindicar lo contrario, la dirección nacional sí intervino en la negociación de los pactos de gobierno con Vox en 2023. Tellado, mano derecha de Feijóo, tuvo un papel preponderante y, pese a su nueva tarea en el Parlamento, sigue apegado a los territorios.
La incertidumbre ante los próximos movimientos del partido de Abascal es total. Un sector del PP cree que no llevarán la presión hasta el final y que "recularán" por el miedo a volver a las urnas. Otro, ve posible "todo" después de la salida de los gobiernos este verano. En cualquier escenario, el PP se ve absorbiendo el "desgaste" de Vox a nivel territorial. Al menos era así hasta antes de la DANA en València, porque ahora han tomado conciencia de que los de Abascal han salido beneficiados del descontento social.
La izquierda en Balears también recela del adelanto electoral. Fuentes consultadas por este periódico no ven a Prohens llevando el “órdago” hasta el final y creen que esperará a que “baje la tensión” después de las fiestas navideñas para volver a construir puentes con Vox.
El "error humano" que provocó el choque
Lo cierto es que todo se ha torcido en quince días. El pasado 26 de noviembre, el PP se equivocó en una votación y aprobó por error una batería de enmiendas de Vox a la ley de simplificación administrativa. Entre otras medidas, contenían la prohibición del uso del catalán en la función pública y autorizaban la construcción de viviendas en áreas de máxima protección ambiental, además de poder edificar en zonas de servidumbre de Costas. Desde el PP balear aseguran que habían pactado previamente con la extrema derecha que enmiendas iban a aceptar y cuáles no y que los de Abascal habían aceptado su rechazo a ese paquete de 34 propuestas. Sin embargo, cuando les comunicaron su error y les instaron a subsanarlo, Vox se negó en banda.
"No pueden aprovecharse de un error humano", trasladan fuentes populares, que recalcan que para Prohens es “una línea roja” el uso del catalán. "Somos muy conscientes de que somos una comunidad bilingüe", zanjan.
Entonces, el PP se apoyó en la izquierda — PSIB-PSOE, Més per Mallorca, Més per Menorca y Podemos— , que ha permitido la retirada de esas enmiendas a cambio de que los populares mantengan la ley de memoria democrática. Han salvado los muebles, pero entran en terreno desconocido.
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