Entrevista a Yolanda Díaz"La propuesta de país del PSOE está anclada en los años noventa"
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo responde a las preguntas de 'Público' en la semana en la que se ha desbloqueado la reducción de la jornada laboral y se ha aprobado una nueva subida del SMI.
Madrid-
Yolanda Díaz (Fene, 1971) recibe a Público en su despacho del Ministerio de Trabajo en el que unas semanas antes desbloqueó el trámite de la reducción de la jornada laboral con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. El avance de esta norma, el acuerdo con los sindicatos para subir el SMI y el inicio de un proceso de activación de la sociedad para acompañar el trámite de la reducción de la jornada con la fuerza de la calle han puesto a la vicepresidenta a la ofensiva tras meses de parálisis en el Gobierno y de zozobras en Sumar.
La ministra de Trabajo da por cerrada la batalla con el PSOE a cuenta de la jornada, pero la pugna le hace constatar que su socio de Gobierno "piensa en una España que ya no existe". A su juicio, la salida a una aritmética parlamentaria que convierte la tramitación de cada norma en un vía crucis para el Ejecutivo está en la fuerza de la calle, en que la sociedad acompañe el proyecto progresista que representa el Gobierno de coalición en España, "la isla democrática" que resiste al avance de la ultraderecha.
En esta entrevista con Público, Díaz habla de la organicidad de los partidos, del futuro de la izquierda como espacio político y de el papel que jugará en Sumar, y vuelve de esta manera a un debate político que en los últimos meses, tras su dimisión de los cargos que ocupaba en su formación, sólo ligaba a la acción de su ministerio.
Una semana importante para su cartera. Usted ha acusado al PSOE de querer modificar el texto de reducción de jornada, más allá del cambio en los plazos de aprobación. ¿A qué achaca eso? ¿Qué pretende, a su juicio, su socio de Gobierno?
"El PSOE piensa en una España que ya no existe"
Creo que el PSOE piensa en una España que ya no existe. Es decir, su propuesta de país está anclada en los años noventa. Defiende un modelo de relaciones laborales que mira al pasado, no al futuro. Sumar lo que hace es modernizar España, creo que lo hemos demostrado desde la propuesta del salario mínimo, los ERTE, una reforma laboral tras 52 reformas laborales que tenían una dirección neoliberal, las trabajadoras del hogar, el Estatuto del Artista…
Por todas las normas que estamos haciendo, que miran al futuro del país, de la esperanza de la propuesta democrática que es repartir la productividad entre el capital y los trabajadores y las trabajadoras.
Por tanto, creo que esto es lo que explica que el PSOE se resienta. Piensen que en la negociación del acuerdo de Gobierno fue en el último minuto que yo desbloqueé con el presidente Sánchez la jornada laboral, pero el PSOE no lo quería.
Hoy el Gobierno de España está creciendo como el principal país en la OCDE, justo por el cambio de paradigma, por las políticas públicas que hemos diseñado desde el ámbito de lo laboral. Y hoy el Gobierno de España presume de todas y cada una de las medidas que se están esbozando aquí.
La reducción de jornada creo que se ancla en un proyecto de país, el futuro de España está en trabajar menos y tener mejores salarios, subir el salario mínimo, tener el derecho a la vivienda garantizado, tener un sistema de bienestar y de cuidados moderno y tener un sistema de fiscalidad que sea justo.
Durante la negociación del acuerdo de investidura ustedes ya apuntaron a que el PSOE quería una legislatura de “mantenimiento” y no de transformación. ¿Sigue su socio en esta tesis?
Yo creo que hemos dado un giro de guion esta semana y es que el jueves pasado, cuando se tumbó el decreto ómnibus, desde Sumar fuimos clarísimas con que había que volver a llevar el real decreto a discusión.
Nosotros no vamos a estar en el Gobierno para mantener el estatus quo. Sumar está en el Gobierno para hacer lo que estamos haciendo, para subir el salario mínimo, para reformar el sistema nacional de dependencia, que por fin desbloquea el ministro Bustinduy.
Estar en un gobierno por estar forma parte de las lógicas del viejo bipartidismo. El bipartidismo es una estrategia en la que se pelean muchos, pero todo permanece igual, nada cambia. Gobernar es transformar, y cuando digo transformar digo ganar un país, es mucho más profundo que ganar unas elecciones, es cambiar la vida de la gente.
Todos asumen que en el trámite parlamentario el texto sufrirá cambios. Sé que nunca quiere hablar de líneas rojas, así que le pregunto directamente: ¿Puede caerse el control sobre el registro de la jornada, tal y como lo plantea la ley, en esos términos,? Sobre todo después de los últimos mensajes de la patronal.
"Es una propuesta que de país, de época. No sólo es una variable en el mundo del trabajo"
No tengo líneas rojas. No me preocupa tanto la patronal, me preocupan los poderes fácticos y las formaciones políticas. En la reforma laboral la patronal había suscrito ese acuerdo y salió adelante por un voto equivocado de un diputado del PP.
Aquí soy clara, estamos ante una propuesta que es de país, de época. No sólo es una variable en el mundo del trabajo, es una variable que tiene que ver con la democracia, con la vida, con ser más felices, con ganar tiempo, con la lucha contra el cambio climático, con el feminismo No es una variable más, es de sentido común.
En la calle está ganada, pero vamos a ver cómo operan las personas que tienen que votar en el Parlamento cuando llegue esta norma. Me preocupa lo que hagan las formaciones políticas en un país que tiene unos niveles de desafección brutales.
¿A quién representamos si dos de cada tres españoles, voten a quien voten, quieren que esta medida llegue ya? Un control horario interoperable, digital y en remoto, al que accede en tiempo real la Inspección de Trabajo es la garantía del éxito para un país que está extenuado, cuya gente trabajadora no puede más, que no le da la vida.
La jornada es el debate, es el pulmón que late porque tiene que ver con la democracia. Desde luego, el control horario que tenemos hoy no sirve para el objetivo que tenemos.
Usted ha iniciado una ruta por el Estado para explicar la reducción de la jornada a la ciudadanía. ¿Cree que partidos como el PP o Junts pueden acabar respaldando la norma si hay presión social? ¿Le da lo sucedido con el decreto ómnibus alas a esta tesis?
Lo tengo clarísimo. Ha pasado con la vivienda. Por eso el jueves en Xixón le dije a las gentes que nos acompañaban que esa propuesta era de ellos y de ellas, que salieran a defenderla, que la defendieran en los comités de empresas, en las juntas de personales, en las ampas de sus hijas, que se organicen, que la defiendan porque los políticos y las políticas escuchan a la gente.
La política es esto, la política es la vida de la gente. La gente sabe muy bien lo que hacemos los políticos y las políticas. Cuando el otro día 137 diputados del PP abofetearon a 11,5 millones de pensionistas en España y abofetearon a las familias que perciben el ingreso mínimo vital y abofetearon a los usuarios y usuarias de transporte público, esa gente sabe muy bien lo que hizo el PP.
Votar en contra de la reforma laboral le salió cara a formaciones políticas, por eso es tan importante la política.
Tras la reforma laboral, hemos alcanzado algunos estándares europeos, pero seguimos teniendo una pobreza salarial muy notable. ¿Qué más puede hacer el Ministerio de Trabajo, más allá de los incrementos del SMI?
"Hoy los enemigos de España son los fondos de inversión"
Estamos actuando ya en los márgenes. ¿Qué puede hacer más el Ministerio de Trabajo? Hacer pedagogía. Y, desde luego, obviamente las posiciones que ocupamos sirven para esto. La fuerza que tiene que los dirigentes y las dirigentes en nuestro país digan que hay que subir los salarios…
El problema no son los salarios de los trabajadores y las trabajadoras, es que tenemos salarios y retribuciones en los consejos de administración que son obscenas. Eso sí que es un problema que genera desigualdad en España y, como hemos hecho en muchas ocasiones, cuando ponemos en el frontispicio lo que realmente daña, claro que ganamos.
Hoy los enemigos de España son los fondos de inversión. Estos son los enemigos de España. Subir los salarios, que es lo que estamos demostrando, lo que hace es que hoy España crezca más: tenemos más recaudación fiscal, más cotizaciones sociales y la gente vive mejor. Necesitamos que la gente tenga mejores salarios.
Vista la dificultad que está habiendo para aprobar la reducción de la jornada, que es, probablemente, su medida estrella, ¿ve margen para abordar la reforma del despido en esta legislatura? La resolución del Comité Europeo de Derechos Sociales sobre las reclamaciones de los sindicatos llegará en cualquier momento.
Defiendo siempre la institucionalidad, justamente porque sé muy bien que desde la ley se cambia la vida de la gente. Los poderosos no necesitan leyes. Sin embargo, un trabajador, una trabajadora de la limpieza, claro que necesita leyes que los protejan y les permitan vivir con dignidad. La fuerza me la da a quién represento y hay medidas que, perdiéndose, se ganan.
Hablo del caso de la vivienda. Es verdad que tumbaron nuestra medida, pero tuvimos que retomarla porque el poder que tiene la mayoría social es muy grande. La gente nos está esperando, la gente necesita la esperanza para poder caminar. La política no puede convertirse en un problema y hoy quieren convertir la política a un problema.
Tenemos que hacer justamente todo lo contrario, darle razones a la gente. Esto es el valor importante de la democracia, la democracia no es ir a votar sólo cada cuatro años, la democracia es muchísimo más.
¿Espera llegar a un acuerdo con el PSOE para unos Presupuestos con medidas ambiciosas en materias como vivienda o permisos? ¿Se puede, como dicen algunos integrantes del ala socialista del Gobierno, gobernar sin Presupuestos?
"Tenemos que tener Presupuestos"
Tenemos que tener Presupuestos en nuestro país. Es verdad que tenemos una negociación difícil, pero también la teníamos con el decreto ómnibus y hemos demostrado que cuando nos ponemos, lo hacemos. Sumar tiene 27 diputados y diputadas que quieren seguir impulsando nuestro país, modernizando España.
La política de vivienda tiene que ser central. Los enemigos de España son los fondos de inversión. Nosotras creemos que hay que prohibir que un fondo de inversión pueda comprar un edificio entero en cualquier barrio de nuestro país, en una zona tensionada, para especular.
La vivienda es un problema de desigualdad, es la fábrica de desigualdad hoy en España. Un trabajador o trabajadora percibe, como la mayoría social, 1.599 euros al mes y, si se tiene que sufragar un arrendamiento en cualquier lugar de España, no puede vivir. Por tanto, es una propuesta de país.
Por otro lado, tenemos el cumplimiento de la directiva de permisos, que al menos cuatro semanas sean retribuidas. Estamos siendo sancionados y multados por la Unión Europea por el incumplimiento manifiesto de esta medida. No puedo comprender por qué el PSOE se opone a esto, a la ampliación de permisos y a la universalidad de medidas como la prestación universal por hijo a cargo o la educación infantil de cero a tres años. Esto es científicamente probado en el mundo que sirve para reducir la desigualdad.
Estos días nos reuniremos todo el espacio de Sumar y trabajaremos una apuesta firme, estamos en el Gobierno para ganar derechos. Desde el miedo no se gana, se gana desde la esperanza y con más derechos. Esto fue lo que pasó el 23J.
Cambiando de tema radicalmente, esta semana ha vuelto a hablar de la unidad de la izquierda. Tras la ruptura con Podemos, ¿hay mimbres para construir esa unidad?
"La gente no nos quiere pensando igual, sino caminando juntas"
Casi me expulsan de Izquierda Unida por defender lo que siempre he hecho a lo largo de mi vida, que es sustancialmente una cosa, que la política sirva para mejorar la vida de la gente. Los partidos políticos no se pueden convertir en fines en sí mismos. La gente nos quiere pensando, nos quiere ver caminar juntas y, lógicamente, claro que somos diversas. Yo no pienso igual que mi equipo, si pensáramos igual, esto sería un desastre. Por tanto, sigo defendiendo lo mismo que defendí siempre, la clave es repetir lo que hicimos el 23J.
Yo conozco muy bien a Feijóo. Desde luego, me van a tener siempre trabajando para que la gente pueda vivir mejor y, también lo digo, para evitar que Feijóo y Abascal lleguen a Moncloa. Lo tengo muy claro, pero la clave es que no se gana desde el miedo, se gana desde la esperanza y con más derechos, dándole razones a la ciudadanía. Lo público merece la pena.
Ahora, como saben, voy a ir a Argentina y la gente está sedienta de esperanza. Somos una isla, una referencia, el Gobierno de España. Y, como hay sed de esperanza, tenemos que anteponer la esperanza a cualquier diferencia que tengamos, por muy legítima que sea. Además, está muy bien que seamos diferentes.
Antes hablábamos de que va a hacer una gira por el Estado para defender y explicar la reducción de la jornada laboral. Hace dos años también estaba de gira, con aquel proceso de escucha. En aquel momento, la sensación era ilusionante, muy distinta al panorama que hoy plantean las encuestas... ¿Qué ha pasado? ¿Qué errores han cometido?
Errores cometemos siempre. Y también dolores a la gente. A la gente progresista no le gustan las discusiones que no tienen que ver con la vida de la gente. Yo soy una apasionada de las discusiones, también con el PSOE, pero sobre temas concretos: qué modelo de fiscalidad defendemos, qué planteamiento hacemos en el mundo del trabajo, en la política de defensa, qué propuesta tenemos frente a lo que hace Trump en el mundo, sobre inteligencia artificial...
Ahora bien, las encuestas, cuando yo hice el proceso de escucha, decían más o menos lo mismo. Antes del 23J el bloque de la derecha estaba en 180 diputados, pero fuimos capaces de darle la vuelta y sumar. En campaña yo decía que la clave de reeditar el Gobierno de coalición progresista estaba en Sumar, lo decíamos con datos, a ciencia cierta.
Pero tiene razón, la gente está deprimida, el momento actual es durísimo. La extrema derecha cabalga sin control. En el mundo hay miedo, hay incertidumbre. Estamos viendo guerras brutales, auténticos genocidios como en Palestina. Tenemos que enarbolar la bandera de la esperanza y de un abrazo colectivo. Quizás tenemos que amnistiarnos.
Lo importante, en el proceso de conformación de caminos conjuntos, los partidos tienen que estar, pero no ser. Esto que decía mucho Alberto Garzón, cuando vamos a parar un desahucio, nos agarramos todas y no miramos el carné que tiene el de al lado.
Ha dicho amnistiarse, perdonarse...
Yo quiero muchísimo a mi país, no quiero que sufra, ya sufre demasiado la gente. Y creo que la política es esto, lo otro es un fin en sí mismo. Vengo de la cultura política del máximo sacrificio, de conocer las cárceles franquistas. Me siento orgullosa de esas gentes que representan lo mejor de nuestra historia. Aquí me van a encontrar.
¿Qué tiene que ser Movimiento Sumar tras la asamblea que tendrán en las próximas semanas? ¿Qué papel quiere jugar usted? Algunas voces acusan a su formación de ser un "cascarón vacío".
Tenemos que dar en esa asamblea un debate que es muy importante para el Movimiento Sumar. Es un acierto que Sumar diga que se empieza por abajo y se va hacia arriba, es un acierto y saldremos con una propuesta de país clara para el momento y la coyuntura en la que nos encontramos.
Sobre el papel que me gustaría jugar, el que me den los compañeros y compañeras. Yo aquí soy disciplinada, pero estoy centrada en el Gobierno de España y aquí me van a encontrar. Creo que ayudo a mi país desde donde estoy. Contribuiré en lo que pueda ayudar y para las cosas que hago peor o que no soy buena, las tienen que hacer otros compañeros y compañeras.
Ha dicho que estará donde le pongan las compañeras. ¿Se ve liderando otra vez una candidatura de la izquierda en las próximas elecciones generales?
No estoy en estas. Estoy en un proyecto de país. Creo que para el 2027 hay que dar esperanza. Tenemos que mejorar la vida de la gente, decirle a los trabajadores y trabajadoras, a la gente progresista, que merece la pena gobernar. Lo otro no tiene sentido. He dado un paso al lado y me he centrado en otra cosa, es mi manera de hacer las cosas, seguro que me equivoco, pero lo quiero hacer así.
Los primeros anuncios de Donald Trump señalan un mundo menos globalizado con aranceles, el regreso a los combustibles fósiles... ¿Qué tiene que hacer Europa y España ante este modelo de una potencia de la que somos muy dependientes?
"Europa tiene que despertar"
Europa tiene que despertar. Trump tiene un objetivo, una agenda compartida con Milei, Meloni, Orban... que es un proyecto cultural. Como todo el neoliberalismo, por encima de todas las cosas es un proyecto cultural. Tienen una agenda común que es generar más desigualdad y desproteger a la ciudadanía y destrozar lo público. Es la misma agenda, destrozar el despido y los derechos laborales en todas partes, las rentas básicas y los ingresos...
Es una agenda compartida, le llamo la internacional del odio y he lanzado un congreso en España, en el que estamos avanzando mucho ahora mismo, que es justamente generar la internacional de la esperanza. Tenemos que tener una agenda compartida contra esto, pero para eso Europa tiene que despertar. A Trump le interesa un mundo bipolar entre Washington y China, en el que ese actor tan poderoso que es Europa no juegue ningún rol. Estos días pongo el ejemplo de Airbus, un proyecto industrial sin precedentes, con mucha importancia para España, que lo diseñamos de manera común en Europa y le gana a Boeing en términos de mercado. Eso es lo que quiere evitar Trump.
Europa tiene que reaccionar, tiene que ser un proyecto político, tiene que tener política de defensa propia, una política exterior propia, una propuesta de fiscalidad... Necesitamos una Europa en la que no haya dumping en términos sociales. Europa tiene que despertar, nos lo jugamos todo.
Trump también ha puesto sobre la mesa la necesidad de aumentar el gasto militar. Si el PSOE asume esto, tal y como ya hizo ante la petición de la OTAN, ¿qué hará Sumar?
Mi posición a este respecto es clara. Europa tiene que tener una posición de defensa propia, también una política exterior propia. Esto no va de subir más el presupuesto de defensa, va de reordenar los activos que tenemos en Europa. Nuestro país tiene todavía distancia en gasto social con la Unión Europea, por lo que estoy siendo muy clara. Estamos en esta clave y creo que el PSOE también está en esta clave.
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