Sánchez rebaja la importancia de las "discrepancias históricas" en la izquierda por el gasto en defensa
El presidente del Gobierno agradece a sus socios de Gobierno de Sumar que se vayan a respetar los compromisos europeos e insiste en que no habrá recortes sociales.

Madrid--Actualizado a
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha rebajado la importancia de las críticas realizadas por la izquierda sobre el aumento del gasto en defensa y seguridad. El líder del Ejecutivo se ha referido expresamente a sus socios de Gobierno, Sumar, para recordar que estos asuntos son una "discrepancia histórica" en la izquierda durante las últimas décadas de la política española.
En este sentido ha mencionado la postura del PCE, de IU o de Podemos en determinados momentos históricos como el referéndum sobre la OTAN o la Transición. "Hay una discrepancia histórica que nada tiene que ver con Sumar, viene de hace 40 años en los partidos que han representado ese espacio a la izquierda del PSOE", ha destacado en una rueda de prensa ofrecida en Bruselas tras el Consejo Europeo.
Tras reconocer esta situación, Sánchez ha querido "agradecer" dos cosas al espacio de Yolanda Díaz. Por un lado, "que se respetan los compromisos europeos". Y por otro, "que vamos a continuar con nuestra agenda social y las políticas sociales".
La pasada semana, en un encuentro mantenido con la vicepresidenta segunda, el presidente del Gobierno se comprometió con ella a que no hubiera recortes sociales provocados por la aceleración del gasto en defensa y seguridad.
Precisamente este mismo jueves en el Congreso se han visibilizado las diferencias dentro de la coalición progresista. PSOE y Sumar han votado de manera radicalmente opuesta una moción presentada por el BNG sobre oponerse al plan de "rearme" presentado por la UE. La iniciativa, en todo caso, ha sido ampliamente rechazada.
Precisamente Sánchez llegaba a Bruselas este jueves con críticas al término "rearme" usado por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen. Dijo que no le gustaba y ha insistido en su objetivo de "hacer pedagogía" sobre lo que él considera que significa hoy en día la seguridad y la defensa.
Como ya hiciera la semana pasada en Moncloa, Sánchez ha presentado la situación como una oportunidad para España en materia tecnológica. "Hablar de seguridad y defensa es hablar de tecnología de doble uso", ha explicado durante la rueda de prensa.
"Los drones que se pueden fabricar se pueden usar en caso de conflicto pero también en la lucha contra incendios o prevención de la emergencia climática. Hay un componente tecnológico muy sustantivo cuando hablamos de defensa y seguridad en nuestro país", ha destacado. Sánchez se ha mostrado satisfecho de cómo las conclusiones del Consejo Europeo del pasado 6 de marzo recogió su visión de la defensa y la seguridad.
Al respecto se ha mostrado satisfecho también de que el instrumento financiero incluido en los planes europeos a se llame safe y no rearm. "No tiene que ver con rearme sino con protección, parece que no pero es un matiz importante que se aproxima a nuestra visión", ha manifestado Sánchez.
Por lo demás, la comparecencia del presidente del Gobierno no ha aportado muchas novedades y ha insistido en mensajes transmitidos durante los últimos días. Por ejemplo, reiterar que las "amenazas" que puede sufrir nuestro país en la actualidad son diferentes a otros países de Europa. "Son ataques híbridos en vez de ataques físicos", ha destacado. En España estos ataques tienen más que ver con la ciberseguridad. "Tenemos que mejorar las capacidades de ciberseguridad, la lucha contra el terrorismo y todo lo que tiene que ver con el cambio climático", ha afirmado.
Apoyo a Finlandia sobre Ucrania
Respecto al punto en el que se encuentra la situación en Ucrania y las negociaciones abiertas por EEUU también con Rusia, Sánchez se ha mostrado muy escéptico con los avances. "Putin está usando maniobras dilatorias para continuar con sus objetivos neoimperalistas", ha destacado.
El líder del Ejecutivo ha mostrado su apoyo a la propuesta presentada por Finlandia para que la UE participe de manera directa en un plan de paz con tres fases. La primera es un alto al fuego, la segunda las conversaciones propiamente dichas y la tercera una hoja de ruta que garantice su cumplimiento.
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