¿Por qué Hollywood se mordió la lengua con Trump en la gala de los Óscar? ¡Es el dinero, estúpido!
El silencio protagonizó la ceremonia de los premios de la Academia de Cine de Hollywood, donde la industria y los actores omitieron cualquier crítica al presidente de Estados Unidos.

Madrid-
¡Silencio, se rueda!
Gala de los Óscar, ni una palabra sobre Donald Trump.
Un silencio prudente, cauteloso y circunspecto. Un silencio, paradójicamente, más atronador que las críticas que recibió el presidente de Estados Unidos durante las ceremonias de su primera legislatura. En esta edición, ni se le mencionó pese a las dos nominaciones de El aprendiz, un biopic iniciático y paródico sobre su figura que Trump había calificado como una "basura" propia de "escoria humana".
"El miedo es libre", reflexiona Miguel de Lira.
"¿Cómo no va a haber miedo en un sector tan frágil como la industria del cine?", añade el intérprete de las series Rapa y Su majestad. "En Hollywood hay desconcierto, respeto y shock. Ven que Trump, Vance o Musk, con sus maneras de matones y abusones, son revanchistas y no se lo van a poner fácil".
Aquella sentencia de Orson Welles sobre el macartismo durante una entrevista con unos críticos de cine españoles en 1964: "Lo triste de la izquierda estadounidense es que traicionó [a la propia izquierda] para salvar sus piscinas".
¿Es el dinero, estúpido?
"Aquel que se oponga con mensajes, con actitudes o simplemente con declaraciones en contra del gran soberano, el nuevo jefe totalitario, verá recortada o directamente anulada la pasta que recibe", deja claro el ensayista Ignasi Gozalo Salellas.
Un "gran fantasma interno" ensombrece Estados Unidos, según el autor de El síntoma Trump. Qué hacer ante la ola reaccionaria (Lengua de Trapo & CTXT): "A quien hable de más se le corta el grifo. Y no olvidemos que, al fin y al cabo, Hollywood es una industria pura y dura".
Donald Trump y los Óscar
Volveremos al dinero. También al miedo. Retomemos el silencio con la voz de un actor que se ha significado en los Premios Goya, que nunca ha callado ante un micrófono, pero que ahora se muestra parco y prudente: "Lo único que puedo decir es que me sorprendió mucho". Alberto San Juan ya lo había dicho todo.
"Eché de menos momentos como aquellos de hace ya años con Robert De Niro lanzando su maravilloso Fuck Trump. Un no claro y contundente a la violencia del más fuerte como forma de gobierno", añade el actor madrileño.
La gala fue tan tibia que el vídeo del "que te jodan", pronunciado en los Premios Tony de 2018, se viralizó el pasado domingo como si De Niro lo hubiese dicho en la entrega de los Óscar 2025.
Sin embargo, la única mención —indirecta— al presidente norteamericano fue la del presentador, Conan O’Brien, quien ironizó sobre su relación con Vladímir Putin cuando aludió a la protagonista de Anora: "Supongo que los estadounidenses están emocionados al ver que por fin alguien se enfrenta a un poderoso ruso".
O’Brien, por cierto, fue elegido para presentar la gala por su condición de "apolítico", en palabras del responsable de la Academia de Cine, organizadora de los Óscar. Bill Kramer no quería líos y aceptó el rechazo de Jimmy Kimmel, el encargado de conducir la ceremonia, por cuarta vez desde 2017, el año pasado.
Entonces, Trump lo puso a caer de un burro en su red social Truth y, entre otras lindezas, dijo que era el "peor presentador" y sugirió que se lo cepillasen. Kimmel, un firme detractor del líder republicano, miró el móvil y le respondió en directo: "Gracias por vernos. Me sorprende que todavía estés ahí. Pensaba que ya era tu hora de ir a la cárcel".
Miedo a Donald Trump
Una pulla impensable en esta edición, donde los dos nominados al mejor actor protagonista y de reparto por El aprendiz se quedaron sin estatuillas, por lo que nunca sabremos si habrían contraatacado a Trump en el escenario del Teatro Dolby de Los Ángeles. "Es una película falsa y sin clase", había criticado el presidente. "Un trabajo de desprestigio barato, difamatorio y políticamente repugnante, hecho justo antes de las elecciones presidenciales de 2024 para tratar de dañar al mayor movimiento político en la historia de nuestro país".
Silencio.
"Creo que la inmensa mayoría de los actores se callan en los Óscar principalmente por miedo a las repercusiones en sus carreras". Jason Xidias, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, también comparte la causa del mutismo.
Miedo y dinero.
"Hollywood es muy competitivo, y a veces opinar políticamente puede afectarles profesionalmente", añade Xidias, quien insinúa otro motivo: "No querer alienar a su público, que a veces es diverso". Una opinión que coincide con la de Guillermo Fesser, quien declaró en el programa El Intermedio: "Quieren que la gente vuelva a ver el cine en las salas. No podían enfrentarse a los MAGA, la mitad de este país, y perder esa clientela".
Los Óscar se 'olvidan' de Donald Trump
Apenas una referencia de Adrien Brody al pasado como enseñanza para hacer frente al odio, la defensa de los migrantes a cargo de Zoé Saldaña, el apoyo de Daryl Hannah a Ucrania y la crítica de Alice Braga a Jair Bolsonaro, considerado un "gran amigo" por Trump. "El único alivio fue el Óscar a No Other Land y el discurso de sus autores contra la política exterior de EEUU y contra la limpieza étnica en Palestina", añade Alberto San Juan, quien no se explica por qué Hollywood se ha puesto una mordaza.
El periodista y escritor Edu Galán atribuye la omisión de Trump al "gran shock" que ha sacudido al progresismo estadounidense. "Esa izquierda de Hollywood que no tiene ni idea de por dónde anda y que no sabe ni qué decir. Está como un animal que ha recibido un golpe frontal y se queda quieto y no es capaz de moverse".
Sin embargo, el autor de La máscara moral. Por qué la impostura se ha convertido en un valor de mercado (Debate) desciende de un plano general a otro particular para señalar a quienes callan, sobre todo a los privilegiados. "El silencio demuestra, especialmente en aquellos actores más poderosos de Hollywood, con mucho dinero e implicados en diversas causas, una terrible hipocresía, porque ellos están muy comprometidos con todo lo contrario de lo que defiende Trump".
Hollywood, en el fondo, es "una máquina de hacer dinero". Y los artistas millonarios que no dependen del siguiente encargo para pagar las facturas, "unos verdaderos cobardes", concluye Edu Galán.
Miguel de Lira insiste en la parálisis que sufre el sector: "La industria se encuentra en una situación de shock y perplejidad, incapaz de un análisis racional. Aún no es fácil saber qué pasos dar ni qué decir, porque ahora están en el punto del arancel mental. Les invade la incertidumbre, por lo que no resulta sencillo colocar el mensaje que deben transmitir, más allá de la obviedad de que Trump está dando pasos atrás gigantescos".
El fundador de la compañía Chévere, distinguida por obras teatrales que cuestionan el sistema y a los poderosos, así como por la implicación de sus miembros en causas sociales como la de Nunca Máis, apela al temor que infunde el triunvirato de Donald Trump, J.D. Vance y Elon Musk. Quizás convendría repasar La doctrina del shock, de Naomi Klein.
"Basta fijarse en su lenguaje. Son tan macarras en sus formas que ves que pueden hacer mucho daño, no solo en las guerras, sino también en las batallas internas de la represión y la censura. Están mostrando un abanico de maneras que parecen propias de una película de mafiosos, aunque ya se asemeja a un reality show", advierte el actor de la inminente serie Punto Nemo.
Miedo, dinero, shock.
Es la guerra.
Ignasi Gozalo Salellas cree que en Estados Unidos se están librando dos al mismo tiempo: "Una guerra cultural y otra política, con sendas figuras al mando. Por un lado, el vicepresidente Vance, el que realmente piensa toda esta nueva ola antiwoke. Y por otro, Trump, quien encarna una batalla política utilizando un argumento económico e industrial".
Ese "gran fantasma" que atraviesa tantas industrias en Estados Unidos tiene su traslación a Europa, según el profesor de la UOC. "Es la lógica que estamos viendo en Ucrania, donde Trump va a conseguir un pacto entre Kiev y Moscú única y exclusivamente cortando apoyos económicos de todo tipo, desde el armamento militar hasta internet y los satélites de Elon Musk". Hollywood, pues, también teme que le cierre el grifo.
"En la ceremonia de los Óscar sí que se vio una actitud woke progresista, pero sobre temas como Gaza versus Israel o la solidaridad con los bomberos de Los Ángeles, todo ese rollo buenista que tanto reprueba la Administración Trump. Sin embargo, no hubo un buenismo antirreaccionario contra el presidente republicano, porque el país está sumido en el miedo y la cuestión monetaria frena cualquier crítica", zanja el autor de La excepcionalidad permanente (Nuevos Cuadernos Anagrama), donde Gozalo Salellas sostiene que el poder nos somete mediante un pánico sin fin.
Una industria y unos actores atenazados, pues, por el temor a la reacción de Trump. Un escenario, el de la gala de los Óscar, donde se ha diluido el progresismo. Estúpidos o no, que diría el estratega electoral de Bill Clinton, quizás sea el dinero o el miedo a quedarse sin él. Volviendo a Orson Welles: "La izquierda no fue destruida por McCarthy: se demolió a sí misma, cediendo el paso a una nueva generación de nihilistas".
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.