El Congreso aprueba el suplicatorio del Supremo para investigar a Ábalos: ¿y ahora qué?

Era un día que José Luis Ábalos no quería que llegara. El Congreso de los Diputados ha aprobado de forma definitiva conceder al Tribunal Supremo (TS) el suplicatorio para poder investigarle formalmente. El pasado martes, 14 de enero, la Comisión del Estatuto del Diputado ya dio luz verde en primera instancia y este miércoles se ha ratificado la decisión. Pero, ¿qué implica? ¿Qué le espera, ahora, al exministro?

Una vez aprobado el suplicatorio, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, tiene ocho días, tal y como reza el artículo 14 del capítulo segundo del Reglamento del Congreso, para dar traslado del mismo a la autoridad judicial. Además, en esa comunicación, tiene que advertir, en este caso, al Tribunal Supremo, el órgano que pide el suplicatorio, que tiene "la obligación de comunicar a la Cámara los Autos y Sentencias que se dicten y afecten personalmente al Diputado".

Una vez eso ocurra, el juez Leopoldo Puente, quien instruye el caso Koldo, podrá iniciar con toda formalidad y sin cortapisas la investigación de la figura de Ábalos en relación a la trama. En principio, se han encontrado "indicios bastantes" —tal y como señaló el propio juez— de varios delitos: integración en organización criminal, cohecho, tráfico de influencias y malversación.

El juez ve "indicios bastantes" de que Ábalos haya cometido varios delitos

Así, los tiempos con los que se investigue al que fuera secretario de organización del PSOE, ministro de Fomento o ministro de Transportes, además de portavoz socialista en el Congreso, correrán ya a cargo del alto tribunal, toda vez que Ábalos perderá la protección de la que goza como diputado y pasará a ser un investigado más de la trama.

Intentos de evitar el suplicatorio

En todo momento, Ábalos ha defendido que está siendo objeto de una operación de la derecha y la ultraderecha para incriminarle y hacer caer al Gobierno de Sánchez. Y, también en todo momento, el exministro socialista ha buscado evitar que el Congreso concediera el suplicatorio al Supremo para mantener su aforamiento y evitar ser investigado. 

Primero, trató de convencer a la Comisión del Estatuto de los Diputados —la que tenía que emitir un dictamen favorable o contrario al suplicatorio— de su inocencia y presentó unas alegaciones por escrito, que también defendió de manera oral. La comisión las desestimó por unanimidad. 

El segundo intento llegó este martes por la tarde, a solo unas horas del Pleno en el que se le ha retirado, finalmente, el aforamiento. Ábalos solicitó a la Cámara Baja que se aplazara la votación definitiva del suplicatorio por varias razones. Por un lado, explica que el TS tiene aún pendiente resolver su recurso de súplica contra la decisión de Puente de investigarle.

Por otro, alega que en el Reglamento del Congreso se especifica que el Pleno tiene que votar definitivamente el dictamen de comisión sobre un suplicatorio "en el primer Pleno ordinario" que se celebre tras la sesión de la comisión (Artículo 13.3). El de este miércoles no ha sido un Pleno ordinario, sino uno extraordinario convocado para la convalidación de varios Reales Decretos-Ley, habida cuenta de que el mes de enero es inhábil.

Ábalos ha intentado por varias vías evitar que el Congreso conceda el suplicatorio al Supremo

La Cámara Baja, en cualquier caso, ha optado por continuar con el plan previsto y rechazar la petición del diputado. Ya el martes por la tarde, fuentes cercanas a la presidencia del Congreso sugerían a este medio que lo más probable era que no se atendiera a la reclamación, toda vez que la interpretación que se había hecho del Reglamento es que la votación no se postergue más allá de la primera sesión plenaria posible.

De esta forma, el suplicatorio solicitado por el TS se ha confirmado y el caso que investiga la trama que protagoniza, al menos, por el momento, Koldo García entra en una nueva fase en la que buena parte de los focos se centrarán en Ábalos.