Del Sáhara a la ley del suelo: PSOE y Sumar exhiben sus diferencias en el Congreso

El Congreso de los Diputados se ha convertido para los partidos del Gobierno de coalición en un escenario para exhibir sus diferencias y marcar posición propia. Desde hace algunos meses, el PSOE y Sumar se han mostrado divididos en algunos debates e, incluso, han votado diferente en varios trámites.

Esta se ha convertido en una suerte de vía de escape a través de la que las dos formaciones canalizan sus discrepancias y trasladan sus posiciones a la vez que preservan la coalición en el Ejecutivo.

Hace semanas, Hacienda tomó la decisión de que el salario mínimo interprofesional (SMI) comenzara a tributar en el IRPF tras la última subida. Esto enfrentó a los socialistas con Sumar, contrarios a que las rentas más bajas tributen, al menos si no se incrementa la exigencia fiscal para los patrimonios más altos o para los rentistas.

La vicepresidenta segunda protagonizó entonces una tensa rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que aprobó la subida del SMI, pero no se quedó ahí; el Grupo Parlamentario de Sumar registró una iniciativa en el Congreso para recuperar la exención fiscal del SMI, a la que siguieron proposiciones de otros grupos.

En ese momento desde la coalición de la izquierda alternativa explicaron que canalizar el conflicto con el socio a través del grupo en la Cámara Baja les permitía ejercer su "autonomía política" a la vez que respetaban que las competencias fiscales en el seno del Ejecutivo recaían, exclusivamente, en Hacienda.

Las otras batallas, más allá del SMI

La división entre ambos partidos no sólo se quedó en el registro de una iniciativa no compartida por el PSOE (y contraria a la decisión que había tomado el departamento dirigido por María Jesús Montero), sino que Sumar votó, junto al PP, distinto a lo que votaron los socialistas cuando la Mesa del Congreso tuvo que decidir si admitir estas propuestas a trámite.

El clima general que tratan de exhibir los dos socios del Ejecutivo en el Congreso es bueno, pero habitualmente se perciben algunas costuras tirantes. En esta última semana, sin ir más lejos, se han producido dos encontronazos parlamentarios claros. Uno, la ley del suelo. Otro, la admisión a trámite de la ley para facilitar la nacionalidad a los saharauis.

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La reforma de la ley del suelo ha sido un fracaso socialista por fascículos. Primero, el PSOE lo dispuso todo en mayo de 2024 para aterrizar en la Cámara Baja con ella, pero la retiró en el último momento ante la evidente falta de apoyos. La ley del suelo que ha llegado esta semana al Congreso es otra que registraron en su día junto al PNV en unos términos muy parecidos, solo que el PSOE terminó retirando su firma.

De todas formas, todo el mundo siguió entendiendo la nueva propuesta como una apuesta socialista. PP, Sumar, Junts, ERC, Bildu y Podemos votaron en contra de su toma en consideración e impidieron que iniciara su trámite en el Congreso. Fracaso absoluto con PSOE y Sumar enfrentados.

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Más claro si cabe ha sido el choque en lo referente a la ley para agilizar la nacionalidad de los saharauis. Se trata de una norma de máxima importancia para Sumar. De hecho, fue la primera que registró su grupo parlamentario en la legislatura. Este martes, toda la Cámara Baja se posicionó a favor de su toma en consideración, excepto dos partidos.

Vox se abstuvo y el PSOE votó en contra. Las críticas desde la bancada de Sumar hacia su socio de Gobierno fueron muy ásperas. En una entrevista que concedió Tesh Sidi a este medio, deslizó que "los saharauis no esperan absolutamente nada de este Partido Socialista". La sensación general entre los de Yolanda Díaz es que el PSOE se mantiene plegado a Marruecos. Probablemente, solo por detrás del desencuentro con el SMI, la jornada del pasado martes ha sido una de las más crudas entre ambas partes del Ejecutivo de coalición.

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En este punto, en las filas de Sumar existe el temor de que el PSOE juegue a alargar el período de enmiendas para dormir la ley en su tramitación parlamentaria, pero, igual que Sumar y PSOE tienen mayoría en la Mesa del Congreso, también la pueden tener los de Yolanda Díaz y el PP. Es ese órgano el que ostenta la potestad de poner fin al período de enmiendas y acelerar los trámites para que la ley por la nacionalidad de los saharauis termine logrando la aprobación definitiva. Está por ver si Sumar y PSOE pueden llegar a algún acuerdo antes de que los magentas tengan que acudir al apoyo del PP.

Este mismo miércoles ambas formaciones volvieron a romper su voto unitario, esta vez en la Comisión de Derechos Sociales de la Cámara Baja. Sumar defendió una iniciativa para impulsar una prestación universal por crianza que ayudase a poner fin a la pobreza infantil, una iniciativa a la que el PSOE votó en contra.

"Esperamos que el PSOE rectifique su posición y entienda que las prestaciones universales, y especialmente esta dirigida a miles de niños, niñas y familias, es necesaria para reforzar el Estado del bienestar", reprochó Lander Martínez, diputado del grupo de Sumar.

Fuentes de la coalición liderada por Yolanda Díaz rechazan la idea de que el Congreso sea "un espacio para exhibir diferencias", pero admiten que, "lógicamente, no vamos a renunciar a trasladarle a la ciudadanía cuál es nuestra posición política en los temas que son de interés". 

Esto, explican estas mismas fuentes, "no significa ser desleal ni generar conflicto; el Gobierno es mancomunado y somos dos fuerzas distintas, no pensamos igual que el PSOE en muchos asuntos pero llegamos a acuerdos porque tenemos claros los objetivos. Esto hay que normalizarlo", insisten.