Opinión
Invertir para mejorar el mundo

Por Eva Granados Galiano
Secretaria de Estado de Cooperación Internacional del Gobierno de España.
-Actualizado a
En tiempos donde algunos países reducen su apoyo al desarrollo, España ha reforzado su compromiso, enviando un mensaje claro sobre la importancia que nuestro país asigna al multilateralismo y al progreso equitativo global.
Invertir en países en desarrollo para mejorar las redes de saneamiento, el sector sanitario o sus sistemas agrícolas, por mencionar algunos ejemplos, es una apuesta por la esperanza y la confianza en un futuro mejor. Se trata de valorar aspectos que no siempre se miden en cifras, como la sostenibilidad o el bienestar social, apoyando a los países que buscan mejorar las condiciones de vida de su ciudadanía.
Sabemos bien que la inversión pública y la ayuda oficial al desarrollo no serán nunca suficientes. Por eso, movilizar recursos privados que multipliquen el impacto positivo puede transformar la vida de las personas, especialmente en contextos vulnerables.
Por ello, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), nos unimos a otros actores públicos y privados como el Consejo Asesor para la Inversión de Impacto (SpainNab), la Compañía Española de Financiación del Desarrollo (COFIDES) y la Fundación La Caixa para explorar el potencial catalizador que tiene este tipo de inversión.
Aspiramos a compartir el camino del desarrollo sostenible con inversores institucionales, fondos de inversión, filantropías y sociedad civil, quienes representan esa voluntad, que cada vez se acentúa más en España, de utilizar parte de su capital en proyectos que persiguen un impacto social y medioambiental positivo, además de un retorno financiero.
Necesitamos que este capital crezca y se multiplique y que cada vez más inversores destinen fondos a este tipo de proyectos. Aunar impacto positivo y rentabilidad es posible.
Por ello, el Gobierno de España ha identificado la inversión de impacto como una prioridad clave que llevaremos a la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo de las Naciones Unidas, que se celebrará entre junio y julio en Sevilla. Queremos que este tipo de inversión se refuerce también más allá de las fronteras nacionales y se una a los esfuerzos de nuestra cooperación por lograr cerrar la brecha financiera que nos separa del desarrollo sostenible.
En el ámbito de la cooperación internacional, España lleva más de una década apoyando a los países en desarrollo a través de la cooperación financiera, otra forma de inversión de impacto, pues se centra en lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) apalancando capital privado a través de fondos públicos. La cooperación financiera contribuye al desarrollo económico, social y medioambiental de dichos países, en línea con la Agenda 2030 y con los principios de la inversión de impacto.
Hemos apostado por este enfoque a través del Fondo para la Promoción del Desarrollo (FONPRODE) de AECID. Como ejemplo, los fondos Huruma y Kuali, creados junto a COFIDES y GAWA capital, y que han recibido el apoyo de la Comisión Europea. Su objetivo es apoyar a pequeños agricultores en distintos lugares del mundo para que puedan mitigar el impacto del cambio climático.
En este contexto de mejorar la eficacia de nuestra cooperación, hemos actualizado nuestro marco legal con la Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global de 2023, que crea el Fondo Español de Desarrollo Sostenible (FEDES), sucesor del FONPRODE.
El FEDES nos permitirá atraer más recursos y ofrecer nuevas herramientas financieras para el desarrollo sostenible. En la propia Ley reafirmamos el compromiso de España de destinar el 0,7% de nuestra Renta Nacional Bruta a la Ayuda Oficial al Desarrollo para el año 2030, un compromiso más necesario que nunca en un mundo marcado por conflictos e incertidumbre.
La realidad nos ha hecho ver que estos factores son ahora más volubles que nunca, poniendo en jaque a los mercados financieros. Espero que sirva para ver la oportunidad que tenemos de canalizar más flujos financieros y en mejores condiciones hacia los países en desarrollo, mirando más allá del riesgo y buscando lograr un impacto positivo en cualquier rincón del mundo.
Desde la cooperación española, así lo haremos.
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