Vivienda, edad y precariedad, los factores que más marcan la pobreza también en Catalunya
Una de cada cuatro personas vive en riesgo de pobreza en Catalunya, una cifra estancada desde hace años que el crecimiento económico no ha contribuido a reducir.

Barcelona--Actualizado a
El trabajo, la vivienda y la edad son los principales factores de riesgo de pobreza, que se mantiene en una tasa de alrededor del 25% desde hace años en Catalunya. Es decir, una persona de cada cuatro es pobre y esta cifra no se está consiguiendo rebajar pese al crecimiento económico. En la última década, ha oscilado entre el 23% del 2015 hasta el 26,7% del 2020, momento crítico de la pandemia, los ERE y el impacto en la ocupación. Desde aquel pico ha ido bajando, y 2024 ha supuesto una mejora de cuatro décimas respecto al año anterior, con un 24%.
Es una leve rebaja que se ha mantenido desde el estallido de la pandemia pero que no es suficiente para reducir una "bolsa de pobreza estructural y cronificada", tal como la describe Natàlia Valenzuela, vicepresidenta de la Taula d'Entitats del Tercer Sector y copresidenta de las Entitats Catalanes d'Acció Social (ECAS).
En la última década, la tasa ha oscilado entre el 23% y el 26,7%, un máximo durante la pandemia
"Nos preocupa mucho la pobreza estructural, está muy enquistada y los descensos son muy ligeros", añade. La exclusión del derecho a la vivienda, la falta de condiciones laborales dignas y la pérdida de poder adquisitivo ante la inflación son tres factores que contribuyen a esta situación. "Son derechos que siguen sin estar asegurados", apunta Valenzuela.
La cifra del 24% hace referencia a la tasa AROPE, conocida también como tasa de riesgo de pobreza o exclusión social, un estándar europeo que mide la pobreza relativa con múltiplos indicadores. La reducción de cuatro décimas se explica por la mejora de tres componentes: la tasa de riesgo de pobreza, que registra el valor más bajo desde 2013, y se sitúa en el 17,4%, seis décimas menos que el año anterior; la población con baja intensidad en el trabajo, que se sitúa en el 6,1%, cinco décimas menos; y el descenso de población en situación de privación material y social severa, que se sitúa en el 8,6% (8,9% el 2023).
La pobreza laboral, o los trabajadores pobres , también son una realidad en Catalunya desde hace años, con cerca del 10% en esta situación. "Sabemos que el trabajo ya hace años que no es garantía para no encontrarse en situación de vulnerabilidad", afirma Valenzuela.
Un cambio de mirada sobre la pobreza
Para Jordi Mir, doctor en Humanidades y profesor en la Universitat Pompeu Fabra y en la Universitat Autònoma de Barcelona, hay que cambiar la manera en que concebimos la pobreza. "Tenemos que hablar abiertamente de cuál es la realidad, si no, cuando salen los datos del informe PISA, todo el mundo se pone las manos en la cabeza y la primera salida es responsabilizar la población migrada", critica el investigador, en referencia a la polémica que hubo con relación a la bajada de resultados educativos.
"Evidentemente, todo esto tiene múltiples impactos. La administración es quien desahucia, sin ofrecer alternativas habitacionales, ejerce una violencia estructural que impide salir de esta situación o lo agravia", añade. A pesar de que esto no quiere decir que no se estén haciendo políticas sociales, para Mir hay que "entender la dimensión y la gravedad" de los hechos.
Precisamente, la población de origen extranjero es la que sufre una tasa de riesgo de pobreza más elevada, un 42%, que ha bajado seis puntos respecto al año anterior, cuando prácticamente una de cada dos personas estaban esta situación. "Desde una concepción democrática, cuando a las personas migrantes no se les reconoce los mismos derechos, un elemento que perpetúa la situación de precariedad y pobreza... es muy difícil de justificar desde el fundamento de los derechos humanos", añade Mir.
Ser menor de edad o estar jubilado, también factores de riesgo
Otro factor de riesgo de pobreza es la edad, puesto que en el último año la tasa entre los menores de 16 años y mayores de 65 ha crecido y se ha situado en el 34,8% y el 17%, respectivamente. "Nos preocupa como empeoran las condiciones de vida de la infancia y las personas mayores", reconoce la vicepresidenta de la Mesa del Tercer Sector Social.
Las transferencias para mayores de 65 años, mayoritariamente, las pensiones, "funcionan mejor" que las dirigidas a niños y adolescentes, de los cuales poco más de un 10% salen de la situación de riesgo de pobreza una vez las reciben. "Todo esto contribuye al aumento de la pobreza infantil", apunta Valenzuela.
Valenzuela: "Tenemos que ir hacia no entrar en un círculo hereditario de pobreza y exclusión, porque cuando estás dentro es muy difícil salir"
"No es un niño pobre, sino una familia con todos sus miembros. Tenemos que ir hacia no entrar en un círculo hereditario de pobreza y exclusión, porque cuando estás dentro es muy difícil salir", sostiene Valenzuela. Por eso, la copresidenta de ECAS afirma que hay que impulsar "políticas sociales más preventivas" y que tengan en cuenta la individualidad de cada situación.
Más allá de una medida clave que reclaman, que es dotar de más presupuesto las políticas sociales para equiparar la financiación a la de salud y educación, medidas como limitar de manera efectiva los alquileres o aumentar el salario mínimo tendrían un impacto directo en esto. "La vivienda actúa como generador de pobreza, las personas que viven de alquiler tienen casi tres veces más posibilidades de vivir en esta situación que las que tienen un piso de propiedad", constata Valenzuela.
Simplificar la burocracia, avanzar hacia una ventanilla única para las ayudas y completar el traspaso en la Generalitat de la gestión del Ingreso Mínimo Vital serían tres acciones que podrían mejorar la situación, según la Mesa del Tercer Sector. También ajustar los importes de las prestaciones en base al aumento del coste de la vida y debatir sobre su modelo, incluyendo opciones como la renta universal.
Los partidos, centrados en las problemáticas de la clase media
Para Mir, la falta de soluciones políticas se debe a que "no hay ningún partido político, pese a algunas excepciones, que plantee como proyecto de futuro resolver esta cuestión". No lo llevan en el programa. Últimamente, la vivienda se ha hecho un hueco en el debate público, pero el investigador lo atribuye a la lucha social de los diferentes colectivos que lo abanderan. "No forma parte de las preocupaciones de los partidos centrales en la política catalana y española, solo cuando hay movilización vemos avances", apunta el profesor.
Todo ello se enmarca en que los partidos no perciben en las personas pobres sus votantes potenciales: "Tienen una especial fijación en hablar de las clases medias, aquellos votantes que consideran propios, aquellos a quienes consideran que representan", dice Mir. La agravación de problemáticas como la vivienda, que ya afecta a amplias capas de la población, provoca que empiecen a hablar de ellas. Para el investigador, esto tiene relación con el discurso que "las personas pobres están en esta situación porque se lo han buscado, no han trabajado bastante o no han hecho aquello que se espera de la buena gente".
Mir: "Tienen una especial fijación en hablar de las clases medias, aquellos votantes que consideran propios"
"Esta situación nos tendría que llevar a actuar, no de manera asistencial, sino estructural. Establecer mecanismos para resolver estas desigualdades. Hace años que vemos que la sociedad catalana es capaz de enriquecerse y empobrecerse a la vez, por arriba y por abajo, respectivamente. Tenemos que decidir si lo aceptamos o actuamos", concluye.
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